martes, 5 de julio de 2011

El dibujo más antiguo de un faraón egipcio, Hallazgo en Egipto

Bajorrelive encontrado cerca de Asuán.|Ministerio de Antigüedades de Egipto
Bajorrelive encontrado cerca de Asuán.|Ministerio de Antigüedades de Egipto
Un testimonio pétreo del prólogo de la fascinante civilización egipcia. Cinco mil años después, en las proximidades de Asuán -a unos 800 kilómetros de El Cairo- arqueólogos estadounidenses e italianos han descubierto tallada en una roca una inscripción con el dibujo más antiguo de un rey egipcio.

Según el mediático ministro de Antigüedades egipcio, Zahi Hawas, el monarca, que lleva una corona blanca del Alto Egipto, pertenece a la llamada Dinastía cero (3.200-3.000 a.C.), un período que asistió a un complejo proceso de unificación política hasta la creación del estado y el nacimiento de la primera dinastía.

El hallazgo incluye una serie de jeroglíficos, cuya escritura surgió por aquel entonces, y las primeras estampas de una celebración real -que es exactamente igual que la conocida en las diferentes épocas faraónicas-, declaró en un comunicado Hawas, que se encuentra esta semana en Perú participando en la segunda conferencia de países que litigan aún por recuperar su patrimonio expoliado.

En el bajorrelieve, el faraón lleva una corona y está escoltado por fieles de Horus (dios celeste, iniciador de la civilización egipcia y símbolo de la zona fértil del valle del Nilo) o una comitiva real. También están representadas escenas de enfrentamientos, celebraciones en barcas, símbolos del poder político y animales.

El hallazgo se produjo en la zona de Al Hamdulab, al noroeste de la ciudad de Asuán. A juicio de la arqueóloga María Carmela Gato, directora de la misión, el descubrimiento es "una actualización o finalización de los trabajos" llevados a cabo en la orilla oeste del río Nilo. El páramo está repleto de dibujos e inscripciones antiguas, muchas de las cuales aún no han sido reveladas.

Gato considera que la importancia del descubrimiento se encuentra en su composición. Esta pieza del arte rupestre de la época predinástica "representa una procesión de barcas supervisada por el rey acompañado de dos abanderados, un cortesano y un perro". Y muestra similitudes con las escenas talladas en la paleta de Narmer, una placa de pizarra que algunos estudiosos consideran el icono de la unificación del Alto y Bajo Egipto y uno de los vestigios de Nejen, la capital del sur.

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