sábado, 11 de septiembre de 2010

Los Hebreos ¿La Raza de Jehová?

Nuevamente después de unos días de ausencia me reincorporo a mis labores de escribir, y que en este momento lo considero un doloroso deber. Digo doloroso porque cada vez que hablo sobre este tema: que si Jehová no es el Dios Universal, que si la Biblia no es sagrada ni fue escrita, mucho menos inspirada por el Dios Universal; cuando me refiero a la raza de Jehová, etc., veo rostros y rostros que me miran de reojo, gestos de desprecio y acciones que cuesta mucho no dejarse aplastar por ello.

Por eso mi ausencia por más días de los que tenía previsto; pero al fin y al cabo, la lucha por develar la verdad nunca en la historia ha dejado de ser dolorosa y este tipo de tema en especial ha derramado mucha sangre. Desde ese punto de vista tengo la suerte, si se puede llamar así, que esto que manifiesto, lo hago en esta era y no en una de las eras mas oscuras que han existido en la historia conocida de la humanidad, la era de la inquisición, cuando el desprecio se convertía en sangre; y eso, quienes me critican lo saben pero se hacen los locos.

Si yo veo reflejado desprecio y odio para conmigo de parte de esos santurrones de oficio, ellos y ellas deben ver en mi rostro reflejado pena por ellos, por mencionar a la Biblia y a Jehová sin leer la Biblia ni analizar su contexto; por el contrario sólo son repetidores de los manipuladores de oficio que tergiversan la historia para mantener atontados a sus seguidores y sacarles el mejor provecho económico y sobre todo político. Mentalidades ¡y que occidentales!, siguiendo la historia del pueblo hebreo y su dios. Realmente, no entiendo que una mente cuerda se comporte de esa manera. Por está razón, principalmente, es por la cual continúo escribiendo; para que no sigan más personas cayendo como incautas en manos de esos grupos religiosos inescrupulosos.

Ahora, a continuar discerniendo sobre la raza de Jehová, según nos lo cuenta la propia Biblia. La vez anterior me referí a la búsqueda, por parte de Jehová, de la pureza de su raza. Pero en está ocasión decidí ahondar un poco más en el asunto por si acaso quedó alguna duda. Uds. Seguramente conocen la historia bíblica del Diluvio y a su protagonista Noé; pero quiero recordarles que por allá por el año 325 de la Era Cristiana, el Emperador del Imperio Romano, Constantino convocó el Concilio de Nicea y allí quedó elaborada la redacción de la Biblia según los caprichos y directrices de Constantino.

Este tema seguramente lo abordaremos cuando lleguemos a otro escabroso terreno como lo es el cristianismo, por el momento, a quien pueda le recomiendo indagar en la historia. El caso es que para nuestro asunto inmediato, lo importante es decirles que para el momento en que quedó redactada la Biblia más o menos como la conocemos actualmente; dejaron por fuera, es decir proscribieron muchos escritos con versiones similares a los libros incluidos en la Biblia, esos documentos, ya sabemos, son los famosos apócrifos. Uno de estos apócrifos es el Pergamino de Lamec.

Lamec es el padre de Noé según la Biblia, y en pocas palabras un fragmento de este pergamino apócrifo dice lo siguiente: En aquel tiempo, el padre de Noé, Lamec, regresó de un viaje que había durado un poco más de nueve meses. Por ello tuvo razones para asombrarse al hallar en su casa a un niño que no podía ser suyo, y cuyas señas no correspondían en nada a los rasgos de la familia. Por esa razón quien pudo o puede reprocharle a Lamec que le formulase a su esposa las más vivas reprimendas. Pero ella le juró por lo más sagrado que la semilla de aquel hijo debía ser necesariamente suya, es decir de Lamec, pues ella no había tenido trato con ningún forastero, ni con un soldado, ni con uno de los hijos del cielo.

La traducción literal es la siguiente: ¨¡Oh mi señor…..! Yo te juro…. Que la semilla de este hijo ha nacido de ti. Tuya es la concepción y tuya la implantación de la semilla, pues no he conocido ni forastero ni guardia, ni hijo alguno del cielo….¨

Lamec, con toda razón, no creyó ni una pizca la historia de su mujer y fue a pedir consejo a su padre Matusalén, quien después de escuchar la historia y analizarla no pudo concluir nada que satisfaciera a Lamec; por lo cual se dirigió Matusalén a su padre Henoc o Enoc, como también se le conoce. Después de Conocer Enoc las características de Noé – Ojos, Cabellos y Piel Radiante – le pareció que esos no eran los rasgos de la familia, y si las de los Vigilantes o Hijos del Cielo.

El sabio Enoc, tranquilizó de alguna manera a Matusalén y lo envió de nuevo a su casa con la noticia de que iba a sobrevenir un enorme castigo del cielo contra la tierra, la humanidad y toda cosa viviente; debido a la corrupción de la humanidad de la época y que debía ponerle al niño por nombre Noé porque el estaba predestinado a ser la raíz de la nueva humanidad que evolucionaría después del gran juicio universal (el diluvio).

Aquí existe toda clase de tela que cortar; como siempre, la historia de la humanidad nos depara una inmensa riqueza de conocimientos cuando podemos estudiarla sin dogmas que nos nublen el entendimiento; pero vamos a enfocarnos en el tema de este artículo. En este papiro de Lamec, lo que realmente sorprende es que se hable repetidas veces de los Hijos del Cielo como procreadores. Para mi no hay duda, Noé, el Héroe del diluvio era un hijo de la familia o raza de Jehová, y no fue algo fortuito o algo hecho a escondidas de Jehová, porque el es el elegido para conformar la nueva raza. Seguro estoy, que para ellos (los hijos del cielo), la raza hebrea, terricola, se había degenerado según los estándares que definieron cuando la crearon.

Para mí el semen de uno de los hijos del cielo, lo inseminaron con un óvulo de una hembra de los de su raza y lo implantaron en el útero de la esposa de Lamec. Posiblemente lo hicieron bajo estado hipnótico de la esposa de Lamec, porque ella jura que no se acostó con más nadie. La madre de Noé seguramente era prima, sobrina, hermana, etc., de Lamec, es decir que portaba los genes de ese linaje. Esa práctica se acostumbraba para la época y continuó o continúa aún. Como no se especifica que Noé era un gigante, como lo fueron los concebidos por otros vigilantes cuando copularon, sin control, con las hijas de los hombres; supongo que ese ovulo fecundado que implantaron en la esposa de Lamec; fue manipulado genéticamente para solo aportar a Noé las potencialidades necesarias para cumplir con su misión, pero que nunca llegase a ser como los dioses (vigilantes del cielo), tal y como sucedió con Adán y Eva.

Este relato es muy interesante y a la vez necesario para pasar a la siguiente fase que me permita probar que Jehová permanentemente estuvo depurando su raza. ¡Estoy seguro que aún lo continúa haciendo, pero luego, cuando llegue el momento nos meteremos en esas profundidades!.

La siguiente genealogía la voy a tratar de esquematizar de la mejor manera posible para que se pueda ver con mayor claridad el punto que quiero referenciar (la depuración de la raza):

Abraham    Sara (Infertil)

                    Isaac    Rebeca (Infertil)
       
                    Esaú     Jacob (Renombrado como Israel y padre de las doce tribus)
                                
                                 Lía                                        Raquel  (Infertil)

                                 Levi (Semilla sacerdotes de Jehová)    José (Fue Virrey de Egipto)
                            
                                 Amram     Jocabed               Efraim

                                                   Moisés                Josué
    (Moisés descendiente de la tribu de Leví)   (Sustituyó a Moisés en el mando de los hebreos)

En el gráfico se aprecian los patriarcas bíblicos con sus mujeres, las más importantes desde el punto de vista bíblico, porque cada uno de ellos convivió con varias a la vez. Sara, mujer de Abraham; Rebeca, Mujer de Isaac; y Raquel, Mujer de Jacob, tuvieron tres cosas peculiares en común; en primer lugar las tres eran las esposas oficiales, en segundo lugar, las tres parieron a los líderes hebreos de la época y por último, las tres fueron infértiles hasta que Jehová se apiadó de ellas y las hizo fértiles. Inclusive ya sabemos que Sara era bastante vieja cuando concibió a Isaac.

Con esta reseña deseo resaltar el hecho de la infertilidad. Para mi es demasiada casualidad que las madres de los líderes hebreos fueran en primera instancia infértiles, y de la noche a la mañana tuvieran partos de seres que sobresalían entre los demás. Para justificar mi extrañeza, les voy a referir el caso de Rebeca (ya el de Sara es Archiconocido). Aquí me veo en la necesidad de citar textualmente de la Biblia que consulto el Capítulo 25, Versículos del 19 al 25 ¨Asimismo he aquí cuál fue la descendencia de Isaac, hijo de Abraham: engendró Abraham a Isaac. El cual siendo de 40 años, casó con Rebeca, Hija de Batuel, Siro de la Mesopotamia, y Hermana de Laban. Hizo Isaac muchas plegarias al Señor por su mujer, porque era estéril: y el Señor le oyó, dando a Rebeca virtud de concebir. Pero chocaban entre si o luchaban en el seno materno los gemelos que concibió; lo que le hizo decir: si esto me había de acontecer, ¿Qué provecho he sacado yo de concebir? Y fue a consultar al Señor. El cual le respondió, diciendo: Dos naciones están en tu vientre, y dos pueblos saldrán divididos en tu seno en que están ahora, y el un pueblo sojuzgará al otro pueblo, y el mayor ha de servir al menor o más joven. Llegado ya el tiempo del parto, he aquí que se hallaron los dos gemelos en su vientre. El que salió primero era rubio, y todo velludo a manera de un pellizco y se llamó Esaú. Saliendo inmediatamente el otro, tenia asido con la mano el talón del pie del hermano: por eso se le llamó Jacob¨.

Pasaría un buen rato analizando solo estos versículos con el complemento de algunos subsiguientes; son versículos ricos en historia, pero debemos restringir la discusión por el momento, como siempre ya habrá tiempo para esos otros análisis. Para que el lector entienda el porqué de mis conclusiones voy a poner en claro, a la luz de la ciencia actual lo que significan los gemelos.

La diferencia entre gemelos y mellizos se encuentra en cómo ha sido fecundado el/los óvulo/s, y son las siguientes:

El embarazo de gemelos, los que son realmente idénticos y conocido en términos ginecológicos como embarazo monocigótico o univitelino, se produce cuando se fecunda un solo óvulo con un espermatozoide y forma un cigoto que posteriormente se divide en dos, desarrollando dos fetos. Dependiendo del momento de la división, es decir, si ocurre entre el primer y cuarto día tras la fecundación, cada feto tendría su placenta y su propia bolsa amniótica, pero si la división sucede entre el cuarto y el octavo día (el 75% de los casos), cada feto tendrá su propia bolsa pero compartirán la placenta. (nota: esta definición o explicación la obtuve del sitio WEB http://www.bebesymas.com/embarazo/gemelos-o-mellizos).

Con esta explicación me pregunto ¿porqué eran entonces diferentes?. Esaú el Rubio y Velludo, fue a quien Jacob su hermano menor, sojuzgó. ¿Quién sojuzgó a quién?. Lo peludo es síntoma más de homínido, de terrícola, que rasgo de los hijos del cielo o vigilantes. Jacob, a quien luego Jehová lo renombró Israel, recibió todos los favores y de el descendieron las doce tribus de Israel. Esta gente (Jehová y su raza) evidentemente que poseían una tecnología mucho más avanzada inclusive que la que posee nuestra civilización actual. Y valiéndose de ese conocimiento va corrigiendo los gazapos genéticos en cada generación. Parece ser que no eran gemelos sino morochos, uno de ellos concebido con genes netamente terrícolas y el otro (Jacob) con genes de los dioses.

Y esta corrección genética que le hace a la raza, lo veo muy claro, se realiza porque de esa raíz nacería el guía que llevaría posteriormente a numerosos hebreos al éxodo, para conquistar la tierra (Canaan) que Jehová quería tener bajo su control (harina de otro costal para más adelante). De Raquel a quien dios le concede la fertilidad, nace José, quien se convierte en Virrey de Egipto y en la época de las vacas flacas, se lleva a su Padre Jacob, hermanos, esposas e hijos a Egipto y les permite a partir de esa prole crecer y conformar el pueblo hebreo.

De Lía Nace Leví, cuya tribu se convirtió en el sacerdocio de Jehová y de allí descendió Moisés. Y Josué, quien heredó el mando del pueblo hebreo por parte de Moisés, fue un descendiente de la línea de José.

Seguramente que muchos, irónicamente se preguntaran, ¿es necesario ser infértil primero para engendrar los líderes de las naciones, países o estados?. Contéstese Ud. Mismo esa pregunta; pero antes permitame hacerme esta reflexión. ¡me da la impresión que Jehová no quería que al aparearse, sin ningún control, los patriarcas con sus mujeres hubiesen procreado hijos sin las cualidades requeridas para guiar al pueblo hebreo; y por ello las mantuvo infertiles hasta que llegase el momento adecuado para manipular geneticamente la concepción del futuro líder!

Hasta aquí nos trajo el río del génesis en cuanto al tema de la manipulación genética y/o purificación de la raza hebrea. ¿Y las otras razas de la época?. Buena pregunta y es posible que en el próximo artículo tratemos ese tema, o quizás consigamos algunos indicios más sobre la raza y la genética en el Libro de Éxodo. Hasta la próxima vez amigos.