martes, 14 de diciembre de 2010

Júpiter ¿una rareza cósmica?

Aunque el número de exoplanetas conocidos continúa creciendo rápidamente, si consideramos el número de planetas similares a Júpiter y con órbitas similares, tal vez Júpiter fuera más raro de lo que parece.

Un artículo que será publicado en enero en The Astrophysical Journal detalla 12 años de búsqueda de planetas extrasolares llevadas a cabo por el equipo de Búsqueda de Exoplanetas Angloaustraliano (AAPS).

El equipo AAPS analizó los datos de 123 estrellas, todas ellas situadas dentro de un radio de 325 años-luz de distancia y con al menos ocho años de observaciones, en busca de "análogos de Júpiter": planetas gaseosos gigantes en órbitas casi circulares de más de ocho años.

Sólo el 3,3% de las estrellas analizadas tienen análogos de Júpiter, y las simulaciones por computadora estrella por estrella muestran que como máximo el 37% de estas estrellas podrían tener un análogo de Júpiter.

"Los sistemas planetarios como el nuestro no están por todas partes", dijo el astrónomo Chris Tinney, coautor del estudio, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney.


La presencia de planetas del tamaño de Júpiter limpiaría de peligrosos cometas los sistemas planetarios, protegiendo la vida en otros planetas, pero si se hallan en órbitas elípticas sacarían a los planetas habitables fuera de su zona de habitabilidad

Este descubrimiento aviva el debate sobre si la presencia de un planeta similar a Júpiter es necesaria para la vida inteligente.

Júpiter expulsa cometas

Los astrónomos han discutido durante mucho tiempo sobre si los planetas como Júpiter protegen a la Tierra contra las causas más frecuentes que pueden acabar con una civilización y que truncaría el camino de la evolución hacia la vida inteligente, y que tal vez dejaría la vida a un nivel bacteriano.

Pero Júpiter tanto puede lanzarnos objetos impactadores como quitárnoslos de nuestro camino, explica Jonti Horner, astrónomo de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, que no participó en el estudio del AAPS.

Horner dice que una gran parte de los cometas de largo período cruzan el sistema solar interior sólo una vez, antes de ser expulsados por la gran influencia gravitacional de Júpiter. De igual manera los análogos de Júpiter podrían eliminar de cometas los sistemas planetarios extrasolares.

Pero, ¿qué pasa con la vida inteligente?

"No sabemos si los [análogos] de Júpiter son necesarios para la existencia de vida inteligente", explicó Alan Boss, científico planetario del Instituto Carnegie en Washington, DC.

"El hecho de que equipos como este puedan recopilar los resultados de 12 años de seguimiento de estrellas cercanas, con un buen conocimiento de la exactitud de [los datos] y sus limitaciones, significa que por primera vez, podemos obtener buenas cifras del censo de planetas extrasolares de todo tipo", añadió Boss.

Otros resultados observacionales recientes muestran que los análogos del sistema solar son escasos, por no decir raros, comentó Jack Lissauer, científico planetario del Centro de Investigación Ames de la NASA en Mountain View, California.

Los más de 500 exoplanetas conocidos parecen indicar que un sistema solar como el nuestro no es tan común como pudiera parecer

Sin embargo, Lissauer sigue siendo escéptico sobre que los análogos de Júpiter sean un requisito para la existencia de vida compleja.

Las órbitas elípticas pueden ser perjudiciales

Geoffrey Marcy, astrónomo de la Universidad de California en Berkeley, que ha participado en el descubrimiento de unos 250 planetas extrasolares, dice que las órbitas circulares de los análogos de Júpiter pueden ser en realidad una circunstancia afortunada para la protección de la habitabilidad de los sistemas solares interiores.

Marcy advierte que los planetas gaseosos gigantes con órbitas muy largas y elípticas podrían causar que los planetas similares a la Tierra fueran perturbados gravitatoriamente y empujados hacia órbitas muy excéntricas. Las consecuencias de esto podrían ser cambios de temperatura insostenibles en estas exotierras.

"Por lo tanto", dijo Marcy, "la escasez de los análogos de Júpiter está relacionada directamente con la aparición de vida en el universo."

La sonda Voyager 1 ya no percibe el viento solar


Voyager 1 ya no siente el viento solar, probablemente ahogado por la presión del viento interestelar

La sonda de la NASA Voyager 1 en su camino hacia afuera de nuestro sistema solar, ha llegado a un punto distante, donde el viento solar ya no se detecta.

La Voyager 1 viaja a toda velocidad hacia el espacio interestelar, a unos 17,4 millones de kilómetros del Sol. La sonda ha cruzado ya la una zona donde la velocidad del gas caliente ionizado, o plasma, que emite el Sol hacia el exterior, se reduce a cero. Los científicos sospechan que la intensidad del viento solar resulta ahogada por la presión del viento interestelar.

Este acontecimiento es un importante hito en el camino de Voyager 1 a través de la heliopausa, la región más externa de la esfera de influencia del Sol, y supone otro paso de la nave espacial hacia el abandono de nuestro sistema solar.

"El viento solar ha doblado la esquina", dijo Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena, California "Voyager 1 se acerca al espacio interestelar".

Nuestro Sol emite una corriente de partículas cargadas que forman una burbuja conocida como heliosfera que rodea nuestro sistema solar. El viento solar viaja a velocidad supersónica hasta llegar a una onda de choque llamada "Frente de choque terminal". En este punto, el viento solar se ralentiza y calienta drásticamente en la heliopausa.

Lanzada el 5 de septiembre de 1977, la Voyager 1 cruzó el frende de choque terminal en diciembre de 2004. Los científicos han utilizado datos del instrumento de partículas cargadas de baja energía de la Voyager 1 para deducir la velocidad del viento solar. Cuando la velocidad de las partículas cargadas golpea en la parte exterior del Voyager 1 se corresponde con la velocidad de la nave, los investigadores supieron que la velocidad exterior neta del viento solar era cero. Esto ocurrió en junio, cuando la Voyager 1 estaba a unos 17 millones de kilómetros del sol.

Puesto que las velocidades pueden fluctuar, los científicos observaron cuatro lecturas mensuales antes de convencerse de que la velocidad exterior del viento solar realmente era nula. Los análisis de los datos muestran que la velocidad del viento solar ha disminuido constantemente a un ritmo de unos 20 kilómetros por segundo cada año desde agosto de 2007, cuando el viento solar viajaba a unos 60 kilómetros por segundo. La velocidad hacia el exterior se ha mantenido en cero desde junio.

Estos resultados fueron presentados hoy durante la reunión de la Unión Geofísica Americana en San Francisco.

"Cuando me di cuenta de que los datos se mantenían en cero, me sorprendí", comentó Rob Decker, investigador del instrumento de partículas de baja energía de la sonda Voyager y científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel, Maryland. "Teníamos a la sonda Voyager, una nave espacial que ha trabajado duro desde hace 33 años, mostrándonos algo completamente nuevo."

Los científicos creen que la Voyager 1 no ha cruzado todavía la heliopausa en su camino hacia el espacio interestelar. El cruce hacia el espacio interestelar significaría una caída repentina en la densidad de partículas calientes y un aumento en la densidad de partículas frías. Los científicos están metiendo los datos en sus modelos de estructura de la heliosfera y deberían poder estimar mejor el momento en que la Voyager 1 alcance el espacio interestelar. Los investigadores estiman ahora que laVoyager 1 cruzará este límite en unos cuatro años.

"En ciencia, no hay nada como un test de realidad para sacudirlo todo, y la Voyager 1, siempre nos ha dado eso con hechos concretos", comentó Tom Krimigis, investigador principal del instrumento de partículas de baja energía, con base en el Laboratorio de Física Aplicada y la Academia de Atenas, Grecia. "Una vez más, nos enfrentamos a la difícil situación de rehacer nuestros modelos".

Su nave hermana, la Voyager 2, fue lanzada el 20 de agosto de 1977 y ha alcanzado una posición a 14.200 millones de kilometros del sol. Ambas naves han estado viajando en diferentes trayectorias y a velocidades distintas. La Voyager 1 está viajando más rápido, a una velocidad de unos 17 kilómetros por segundo (61.200 km/h), en comparación con los 15 kilómetros por segundo (54.000 km/h) de su gemela, la sonda Voyager 2. En los próximos años, los científicos esperan que la Voyager 2 se encuentre con el mismo tipo de fenómeno que la Voyager 1.

Las sondas Voyager fueron construidas por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California, que continúa operando ambas naves. Para obtener más información sobre las sondas Voyager, visite: http://www.nasa.gov/voyager.

Descubren una Extraña Estructura Gigante en Nuestra Galaxia

13 de Diciembre de 2010.
Foto: NASA/GSFCEl Telescopio Espacial Fermi de rayos Gamma, de la NASA, ha descubierto una estructura, que hasta ahora resultaba indetectable, en el centro de la Vía Láctea. La magnitud del hallazgo es para la astronomía el equivalente para la geografía de descubrir un nuevo continente en la Tierra. Con una extensión de 50.000 años-luz, esta singular estructura podría ser quizá el remanente de una erupción provocada por un gigantesco agujero negro en el centro de nuestra galaxia.Bookmark and Share 

La estructura consta de dos burbujas emisoras de rayos gamma que se extienden desde el centro galáctico hasta 25.000 años-luz hacia el norte y hasta otros 25.000 hacia el sur. Su naturaleza y origen son por ahora desconocidos, si bien se barajan algunas hipótesis.

Doug Finkbeiner, astrónomo del Centro para la Astrofísica, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, en Cambridge, Massachusetts, fue quien identificó por primera vez la estructura, que abarca más de la mitad del cielo, desde la constelación de Virgo hasta la de la Grulla (Grus).

La estructura, que puede tener millones de años de antigüedad, era indetectable para los astrónomos que estudian los rayos gamma debido en parte al fenómeno conocido como emisión difusa, una "niebla" de rayos gamma que está presente en todo el firmamento. Las emisiones son causadas por partículas moviéndose a casi la velocidad de la luz e interactuando con la luz y el gas interestelar en la Vía Láctea.

Las emisiones de las dos misteriosas burbujas son mucho más energéticas que la citada niebla de rayos gamma. Las burbujas también parecen tener bordes bien definidos. La forma de doble burbuja que posee la estructura, y las características de sus emisiones, sugieren que se formó como resultado de una enorme y relativamente rápida liberación de energía, cuya fuente sigue siendo un misterio.

Una posibilidad incluye un chorro de partículas disparado desde las inmediaciones del agujero negro supermasivo que existe en el centro de nuestra galaxia. En muchas otras galaxias, los astrónomos ven rápidos chorros de partículas energizados por las reacciones que experimenta la materia en su caída hacia un agujero negro central. Si bien no hay pruebas de que el agujero negro de la Vía Láctea esté impulsando actualmente chorros de tal magnitud, sí pudo hacerlo en el pasado.

Las burbujas también podrían haberse formado como resultado de corrientes de gas expulsado hacia fuera de la región central de la galaxia a consecuencia de la formación de muchas estrellas en un periodo breve de tiempo, tal vez el mismo nacimiento multitudinario que produjo muchos cúmulos de estrellas de gran masa en el centro de la Vía Láctea hace varios millones de años.

La Moraleja de este artículo: La vida se está creando permanentemente

La lluvia de meteoros Gemínidas desafía cualquier explicación



Diciembre 6, 2010:
 La lluvia de meteoros Gemínidas, que este año alcanzará su máxima actividad el 13 y 14 de diciembre, es la lluvia de meteoros más intensa del año. Se prolonga por varios días, produce abundantes bolas de fuego y puede ser vista casi desde cualquier lugar de la Tierra.
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Una bola de fuego de las Gemínidas estalla sobre el Desierto de Mojave en 2009. Crédito de la fotografía: Wally Pacholka / AstroPics.com / TWAN.
Es también la lluvia de meteoros favorita del astrónomo Bill Cooke, de la NASA, aunque esto no tiene relación con ninguna de las razones mencionadas arriba.
"Las Gemínidas son mis favoritas", cuenta, "porque desafían cualquier explicación".
La mayoría de las lluvias de meteoros provienen de los cometas, los cuales dejan detrás suyo una abundante cantidad de meteoroides que luego se manifiestan como una noche de "estrellas fugaces". Sin embargo, las Gemínidas son distintas. Lo que les da origen no es un cometa, sino un extraño objeto rocoso llamado 3200 Faetón (Phaethon, en idioma inglés), el cual esparce una cantidad de escombros polvorientos demasiado pequeña como para explicar las Gemínidas.
"De todos los torrentes de escombros a través de los cuales pasa la Tierra anualmente, el de las Gemínidas es por mucho el más masivo", dice Cooke. "Si sumamos todo el polvo del torrente de las Gemínidas, fácilmente sobrepasa la masa de otros torrentes por factores que van desde 5 hasta 500 veces".
Esto convierte a las Gemínidas en el peso pesado de las lluvias de meteoros. En comparación, 3200 Faetón es más bien un peso pluma.
3200 Faetón fue descubierto en 1983 por el satélite IRAS (Infrared Astronomical Satellite o Satélite Astronómico Infrarrojo, en idioma español), de la NASA, y fue rápidamente clasificado como un asteroide. ¿Qué otra cosa podría ser? No tenía cola, su órbita se cruzaba con el cinturón principal de asteroides y sus colores eran muy parecidos a los de otros asteroides. De hecho, 3200 Faetón es tan parecido al asteroide Pallas, ubicado en el cinturón principal de asteroides, que bien podría ser un pedazo de 5 km que se desprendió de Pallas, el cual mide 544 km.
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Concepto artístico de un impacto sobre Pallas

Faetón se desprendió del asteroide Pallas, como creen algunos investigadores, entonces los meteoroides de las Gemínidas podrían ser escombros que fueron dejados atrás por el evento de desprendimiento", especula Cooke. "Sin embargo, eso no concuerda con otras cosas que sabemos".
Los investigadores han observado muy cuidadosamente las órbitas de los meteoroides Gemínidas y han arribado a la conclusión de que fueron eyectados por 3200 Faetón cuando éste se encontraba cerca del Sol,no cuando fue desprendido de Pallas, en el cinturón de asteroides. La órbita excéntrica de 3200 Faetón lo lleva muy adentro de la órbita de Mercurio cada 1,4 años. Por ello, el cuerpo rocoso recibe una ráfaga de radiación solar que podría causar que chorros de polvo se evaporaran y se integraran al torrente de las Gemínidas.
¿Podría ser esta la respuesta?
Para poner a prueba la hipótesis, los investigadores utilizaron las naves espaciales gemelas STEREO (Solar Terrestrial Relations Observatory u Observatorio de las Relaciones Terrestres y Solares, en idioma español), de la NASA, las cuales están diseñadas para estudiar la actividad solar. Los coronógrafos ubicados a bordo de STEREO pueden detectar asteroides y cometas que pasan muy cerca del Sol y, en junio de 2009, detectaron a 3200 Faetón a una distancia de tan sólo 15 diámetros solares de la superficie del Sol.
Geminids 2010 (coronagraph, 200px)
La trayectoria de 3200 Faetón indicada en la cámara HI–1A del coronógrafo localizado a bordo de STEREO. Los destellos azules y verdes (en colores falsos) provienen del Sol. [Más información]
Lo que ocurrió entonces sorprendió a los científicos planetarios de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles, en idioma español) David Jewitt y Jing Li, quienes analizaron los datos. "El brillo de 3200 Faetón de pronto aumentó al doble", escribieron. "La explicación más plausible es que Faetón haya eyectado polvo, quizás como consecuencia de un resquebrajamiento de la roca en la superficie (a través del agrietamiento de minerales hidratados, ocasionado por la fractura y la descomposición térmica) ante el intenso calor del Sol".
La hipótesis del "cometa rocoso" de Jewitt y Li es atractiva. Sin embargo, ellos indican que tiene un problema: la cantidad de polvo eyectada por 3200 Faetón en su encuentro solar de 2009 agregó un mero 0,01% a la masa del torrente de las Gemínidas, lo cual no es ni remotamente suficiente para mantener reabastecido al torrente por mucho tiempo. ¿Quizás el cometa rocoso era más activo en el pasado?
"Simplemente no sabemos", dice Cooke. "Cada cosa nueva que aprendemos sobre las Gemínidas parece profundizar el misterio".
La Tierra pasará este mes a través del torrente de escombros de las Gemínidas y producirá hasta 120 meteoros por hora en aquellos sitios donde el cielo esté oscuro. El mejor momento para observarlos es probablemente entre la media noche local y el amanecer del martes 14 de diciembre, cuando la Luna esté baja y la constelación Géminis se encuentre cerca del cénit, proyectando así brillantes Gemínidas a través del cielo estrellado.
Abríguese bien (si se encuentra en el hemisferio boreal), vaya afuera y saboree el misterio.
Créditos y Contactos
Autor: Dr. Tony Phillips
Funcionaria Responsable de NASA: Ruth Netting
Editor de Producción: Dr. Tony Phillips
Traducción al Español: Juan C. Toledo
Editora en Español: Angela Atadía de Borghetti
Formato: Juan C. Toledo