miércoles, 5 de enero de 2011

Un láser para explorar Marte ¿Alguien duda de que Marte fue habitado alguna vez?

Antes de que Ud. querido lector de principio a la lectura de este interesante artículo; deseo recordarle que en 1976 cuando Zecharia Sitchin publicó su primer libro El Doceavo Planeta, después de 30 años de investigación, reveló en su libro que los Annunki (aquellos que del cielo descendieron y que los Sumerios adoraron como dioses): tenian una base en Marte que utilizaban como plataforma de lanzamiento de enlace entre su planeta Nibiru y la Tierra. A medida que la ciencia actual avanza, no sólo este hecho corrobora sus teorías y descubrimientos, producto también de 170 años de traducción e interpretación de las tablillas encontradas; sino también de otras sorprendentes revelaciones.

Sitchin ha publicado 12 libros, el último publicado sólo pocos meses antes de su sentida desaparición de este plano físico. Al respecto y dada la importancia que le concedo a sus descubrimientos: he querido publicar, como he hecho con libros de otros autores, algunos capítulos de sus libros; pero, la pura verdad es que no he sido capaz de sintetizar tan rica y detallada información. Sin embargo recien ayer conclui la lectura de su último libro, libro que por cierto aún no he visto en nuestras librerías en Venezuela. El título es muy sugestivo: Hubo Gigantes en la Tierra, pero su contenido es impactante para la humanidad. A mi en particular, su primer libro me amplió el horizonte cósmico como Uds. no tienen idea; pero este último me puso a soñar con un cambio brusco de la humanidad hacía un futuro mejor. Por cierto nunca se los he dicho, pero desde mi humilde punto de vista, la humanidad, tal cual se comporta actualmente, va derecho a su destrucción. Sólamente, acontecimientos inesperados, que se pudieran considerar normalmente fortuitos, pero que no serían fortuitos, le darían al ser humano la posibilidad de tomar conciencia de su papel en el Universo y así retomar el rumbo que siempre debimos tener. Se que me desvié del tema, quizás en otro momento sea más explicito.

Volviendo al último libro de Sitchin, es probable que en la próxima entrega les publique aunque sea el epílogo, y ojalá pueda tener la capacidad de expresar el trascendental mensaje de Sitchin en el poco espacio que me permite este Blog y su tiempo apreciado lector. Sin embargo, a quienes tienen la oportunidad y el deseo les recomiendo que lean la obra de Zechari Sitchin; sino consiguen los libros en físico, yo les puedo facilitar algunos de ellos de forma digital, mi intención es legar a quien lo necesite y desee toda la literatura que me ha llevado a viajar por los confines del Universo con el arma más poderosa con la que contamos los terrícolas, nuestra mente.

Disfruten de la lectura e imaginen el futuro que se está fraguando

El nuevo vehículo de la NASA recorrerá el planeta rojo analizando el suelo y las rocas - Los científicos quieren averiguar si pudo haber vida allí

El último invento que la NASA va a llevar a Marte es un láser compacto para analizar, a varios metros de distancia, sin tener que acercar ningún aparato, la composición química del suelo y de las rocas. Irá instalado en el todoterreno Curiosity, el próximo vehículo de exploración marciana, que será lanzado a finales de este año. Los pulsos del láser vaporizarán los materiales (a una distancia de hasta siete metros), haciendo incisiones del tamaño de la cabeza de un alfiler un aparato en el vehículo identificará los tipos de átomos excitados por el haz. Este es uno de los 10 paquetes de experimentos que lleva el Curiosity, incluida una estación meteorológica española, para intentar averiguar si ha habido en el planeta rojo condiciones de habitabilidad, es decir, un entorno apto para la vida microbiana.


Los especialistas ensayan el láser ChemCam que llevará el vehículo Curiosity para analizar la composición química de las rocas de Marte.- NASA
Con casi tres metros de largo, el nuevo vehículo, que se está acabando de montar y ensayar en el Jet Propulsion Laboratory (JPL, en California), hereda tecnologías y experiencias de los tres todoterrenos que la NASA ha enviado con anterioridad a Marte, pero es mucho más grande y completo. Se lanzará entre el 25 de noviembre y el 18 de diciembre de este año, y llegará a su destino en agosto de 2012.

Montaje del vehículo marciano Curiosity en el JPL (California).- NASA


La misión forma parte del programa a largo plazo de exploración de Marte de la NASA en el que, al tratarse de misiones robóticas y aún con la debida prudencia para garantizar las operaciones, los científicos e ingenieros pueden plantearse cada vez el más difícil todavía. El Curiosity es buena muestra de ello.

Al científico jefe del experimento del láser, Roger Wiens, se le ocurrió la idea hace tiempo, cuando estaba dando vueltas a la posibilidad de utilizar esta tecnología para investigar la Luna y visitó a un colega del Laboratorio Nacional de Los Álamos. "Dave Cremers estaba ensayando un láser del tamaño de un cigarrillo con una pequeña batería de nueve voltios que apuntaba a una piedra, y parecía que los armarios de su laboratorio sufrieran un brote grave de acné, porque los usaba como blanco de sus experimentos", recuerda. Le impresionó la capacidad de los láseres compactos y tan bajo voltaje, características ideales para embarcarlos en una misión espacial. Wiens, en colaboración con expertos de la Agencia Espacial Francesa(CNES), ha desarrollado el láser ChemCam del Curiosity.

El láser es útil porque el vehículo podrá ir lanzando destellos a su alrededor sobre el suelo y las rocas y, sin tener que acercarse a ellas y ni tocarlas, determinar su composición mineralógica y detectar compuestos orgánicos. "El truco es la emisión de pulsos cortos de láser, de manera que se concentra mucha energía en un punto muy pequeño", dice Wiens. Un espectrómetro instalado en el Curiosity hará los análisis del material vaporizado. Además, si una roca esta cubierta de polvo, múltiples disparos del láser permitirán eliminarla para acceder al material.

Pero la misión lleva más instrumentos científicos, incluido un perforador, una cámara microscopio que ve detalles de tamaño igual al diámetro de un cabello humano, o un dispositivo para tomar muestras, depositarlas en el laboratorio interno del robot y procesarlas en pequeñas celdillas. Completan el equipamiento una cámara panorámica, otra de vídeo de alta resolución, un detector de radiación, un medidor del hidrógeno del subsuelo desarrollado por expertos rusos, y la estación meteorológica española para medir presión, temperatura, humedad, viento y niveles de radiación ultravioleta.

Para alimentar todo esto hace falta energía en el Curiosity, ya de por sí exigente dadas sus altas prestaciones (velocidad máxima de 90 metros por hora, capacidad de superar obstáculos de 75 centímetros de altura, seis ruedas con motores independientes, etcétera). Por ello, los ingenieros han optado por un generador de radioisótopos (que produce electricidad a partir del calor de la desintegración radiactiva de plutonio 238) en lugar de los paneles solares de los vehículos anteriores. El generador, además, confiere al robot mayor independencia de la latitud en la que trabajar y de la estacionalidad, que determina la insolación de los paneles. El plan es que el robot dure un año marciano (687 días terrestres).

El Curiosity es muy superior por tamaño, tecnología y objetivos al pequeño Sojourner (1997), el primer vehículo en circular por Marte, y a los gemelos Spirit y Opportunity, que llegaron al planeta rojo hace siete años para una misión de tres meses. El segundo sigue funcionando y el Spirit dejó de comunicarse con la Tierra el pasado marzo. Entre los dos, estos geólogos rodantes han recorrido 36 kilómetros y han obtenido pruebas de que Marte, en el pasado, fue un mundo con agua y más templado que ahora. Pero se acerca el turno del Curiosity: si todo va bien, en menos de dos años su láser y demás detectores tal vez puedan aportar novedades acerca de si algo pudo vivir en el mundo vecino alguna vez.

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