Odisea Cósmica
Concepción artística que muestra las dos sondas Voyager explorando la turbulenta región de la heliosfera, una burbuja de partículas cargadas en torno al Sol. Crédito: NASA/JPL-Caltech
¿En qué dirección se desvía la corriente de las partículas del Sol cargadas cuando al acercarse al límite del sistema solar? La respuesta, está en el viento. Unicamente hay que orientar adecuadamente la sonda Voyager de la NASA para detectarlo.
Para permitir que el instrumento de partículas cargadas de baja energía de la Voyager 1 recoja estos datos, la sonda realizó una maniobra el 7 de marzo que no había hecho durante 21 años, salvo en una prueba preparatoria el pasado mes.
A las 9:10 am hora del Pacífico de los Estados Unidos, la nave rotó 70º en sentido contrario a las agujas del reloj visto desde la perspectiva de la Tierra, y mantuvo la posición mediante sus giroscopos durante 2 horas y 33 minutos. La última vez que una de las dos naves espaciales Voyager rotó y se detuvo en una orientación controlada giroscópicamente, fue el 14 de febrero 1990, cuando la Voyager 1 tomó una foto de la familia de planetas del sistema solar.
"Pese a que la Voyager 1 ha viajado por el sistema solar durante 33 años, sigue siendo un ágil gimnasta para hacer acrobacias que no le hemos pedido hacer en 21 años", declaró Suzanne Dodd, jefa del proyecto Voyager, con sede en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California". Si ejecutamos la maniobra sin problemas, y esperamos poder hacerlo más veces para que los científicos reúnan los datos que necesitan."
Las dos naves espaciales Voyager está viajando a través de una zona turbulenta conocida como la heliopausa. La heliopausa es la capa externa de una burbuja que existe alrededor de nuestro sistema solar, creada por el viento solar. El viento solar es una corriente de iones que sopla radialmente hacia el exterior del Sol, a un millón y medio de kilómetros por hora. El viento debe girar cuando nos acercamos al límite exterior de la burbuja, al entrar en contacto con el viento interestelar. Este viento se origina en la región entre las estrellas y impacta contra nuestra burbuja solar.
En junio de 2010, cuando la Voyager 1 estaba a unos 17.000 millones de kilómetros de distancia del Sol, los datos del instrumento de partículas cargadas de baja energía comenzaron a mostrar que la corriente neta con dirección hacia el exterior del viento solar, fue de cero. Desde entonces las medidas siguen en cero. El equipo científico de la Voyager, no cree que el viento haya desaparecido de esa zona, sino que está a la vuelta de la esquina. Pero, ¿sopla hacia arriba, hacia abajo o de lado?
"Debido a que la dirección del viento solar ha cambiado y su velocidad radial se ha reducido a cero, tenemos que cambiar la orientación de la Voyager 1, por lo que el instrumento de partículas cargadas de baja energía puede actuar como una especie de veleta para conocer en qué dirección sopla el viento, explicó Edward Stone, director del proyecto Voyager. "Conocer la fuerza y dirección del viento es fundamental para comprender la forma de nuestra burbuja solar y para estimar a qué distancia se sitúa el límite del espacio interestelar".
Los ingenieros de la Voyager realizaron una rotación de prueba el 2 de febrero durante 2 horas y 15 minutos. Cuando los datos de la Voyager 1 se recibieron en la Tierra unas 16 horas después, el equipo de la misión comprobó que la prueba fue un éxito y que la nave espacial no tenía ningún problema en reorientarse y apuntar nuevamente a su estrella guía, Alpha Centauri.
El equipo del instrumento de partículas cargadas de baja energía confirmó que la nave había obtenido el tipo de información que necesitaba, y los planificadores de la misión dieron luz verde para realizar más rotaciones y mantenerlas durante más tiempo. Se realizarán cinco maniobras más de este tipo durante los próximos siete días, la más larga se espera que dure 3 horas y 50 minutos. El equipo de la Voyager tiene previsto ejecutar una serie de rotaciones semanales con este propósito cada tres meses.
El éxito de la rotación del 7 de marzo se recibió en el JPL a las 1:21 de la mañana hora del Pacífico del 8 de marzo. Sin embargo, se tardará meses para que los científicos analicen los datos.
"Hacemos todo lo posible para asegurarnos de que los científicos obtegan exactamente el tipo de datos que necesitan, porque la sonda Voyager es la única activa en esta exótica región del espacio", añadió Jefferson Hall, director de operaciones de la misión. "Estamos contentos al ver que la Voyager aún es capaz de obtener datos científicos únicos en un zona que no es probable que sea recorrida por otra nave espacial durante las próximas décadas."
Voyager 2 fue lanzada el 20 de agosto de 1977. Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977. El 7 de marzo de 2011, la Voyager 1 se encontraba a 17.400 millones de kilómetros del Sol. Voyager 2 se halla a 14.200 millones de kilómetros, en una trayectoria diferente.
La corriente de salida del viento solar no ha disminuido a cero en la región que estudia Voyager 2, pero ésto puede ocurrir también a medida que la nave se acerca al extremo de la burbuja durante los próximos años.
¿En qué dirección se desvía la corriente de las partículas del Sol cargadas cuando al acercarse al límite del sistema solar? La respuesta, está en el viento. Unicamente hay que orientar adecuadamente la sonda Voyager de la NASA para detectarlo.
Para permitir que el instrumento de partículas cargadas de baja energía de la Voyager 1 recoja estos datos, la sonda realizó una maniobra el 7 de marzo que no había hecho durante 21 años, salvo en una prueba preparatoria el pasado mes.
A las 9:10 am hora del Pacífico de los Estados Unidos, la nave rotó 70º en sentido contrario a las agujas del reloj visto desde la perspectiva de la Tierra, y mantuvo la posición mediante sus giroscopos durante 2 horas y 33 minutos. La última vez que una de las dos naves espaciales Voyager rotó y se detuvo en una orientación controlada giroscópicamente, fue el 14 de febrero 1990, cuando la Voyager 1 tomó una foto de la familia de planetas del sistema solar.
"Pese a que la Voyager 1 ha viajado por el sistema solar durante 33 años, sigue siendo un ágil gimnasta para hacer acrobacias que no le hemos pedido hacer en 21 años", declaró Suzanne Dodd, jefa del proyecto Voyager, con sede en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California". Si ejecutamos la maniobra sin problemas, y esperamos poder hacerlo más veces para que los científicos reúnan los datos que necesitan."
Las dos naves espaciales Voyager está viajando a través de una zona turbulenta conocida como la heliopausa. La heliopausa es la capa externa de una burbuja que existe alrededor de nuestro sistema solar, creada por el viento solar. El viento solar es una corriente de iones que sopla radialmente hacia el exterior del Sol, a un millón y medio de kilómetros por hora. El viento debe girar cuando nos acercamos al límite exterior de la burbuja, al entrar en contacto con el viento interestelar. Este viento se origina en la región entre las estrellas y impacta contra nuestra burbuja solar.
En junio de 2010, cuando la Voyager 1 estaba a unos 17.000 millones de kilómetros de distancia del Sol, los datos del instrumento de partículas cargadas de baja energía comenzaron a mostrar que la corriente neta con dirección hacia el exterior del viento solar, fue de cero. Desde entonces las medidas siguen en cero. El equipo científico de la Voyager, no cree que el viento haya desaparecido de esa zona, sino que está a la vuelta de la esquina. Pero, ¿sopla hacia arriba, hacia abajo o de lado?
"Debido a que la dirección del viento solar ha cambiado y su velocidad radial se ha reducido a cero, tenemos que cambiar la orientación de la Voyager 1, por lo que el instrumento de partículas cargadas de baja energía puede actuar como una especie de veleta para conocer en qué dirección sopla el viento, explicó Edward Stone, director del proyecto Voyager. "Conocer la fuerza y dirección del viento es fundamental para comprender la forma de nuestra burbuja solar y para estimar a qué distancia se sitúa el límite del espacio interestelar".
Los ingenieros de la Voyager realizaron una rotación de prueba el 2 de febrero durante 2 horas y 15 minutos. Cuando los datos de la Voyager 1 se recibieron en la Tierra unas 16 horas después, el equipo de la misión comprobó que la prueba fue un éxito y que la nave espacial no tenía ningún problema en reorientarse y apuntar nuevamente a su estrella guía, Alpha Centauri.
El equipo del instrumento de partículas cargadas de baja energía confirmó que la nave había obtenido el tipo de información que necesitaba, y los planificadores de la misión dieron luz verde para realizar más rotaciones y mantenerlas durante más tiempo. Se realizarán cinco maniobras más de este tipo durante los próximos siete días, la más larga se espera que dure 3 horas y 50 minutos. El equipo de la Voyager tiene previsto ejecutar una serie de rotaciones semanales con este propósito cada tres meses.
El éxito de la rotación del 7 de marzo se recibió en el JPL a las 1:21 de la mañana hora del Pacífico del 8 de marzo. Sin embargo, se tardará meses para que los científicos analicen los datos.
"Hacemos todo lo posible para asegurarnos de que los científicos obtegan exactamente el tipo de datos que necesitan, porque la sonda Voyager es la única activa en esta exótica región del espacio", añadió Jefferson Hall, director de operaciones de la misión. "Estamos contentos al ver que la Voyager aún es capaz de obtener datos científicos únicos en un zona que no es probable que sea recorrida por otra nave espacial durante las próximas décadas."
Voyager 2 fue lanzada el 20 de agosto de 1977. Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977. El 7 de marzo de 2011, la Voyager 1 se encontraba a 17.400 millones de kilómetros del Sol. Voyager 2 se halla a 14.200 millones de kilómetros, en una trayectoria diferente.
La corriente de salida del viento solar no ha disminuido a cero en la región que estudia Voyager 2, pero ésto puede ocurrir también a medida que la nave se acerca al extremo de la burbuja durante los próximos años.
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