viernes, 1 de abril de 2011

Regreso a Jupiter (Continuación)

Publicado por Galileo

De los 400 vatios generados por los paneles de Juno, la mitad irá a los calentadores y a otros subsistemas térmicos, para mantener el calor de los dispositivos electrónicos. Este es un factor importante para las sondas que funcionan tan lejos del Sol. A la altura de Marte, por ejemplo, se emplea para este fin un tercio de la energía total producida por las naves. A pesar de todo, los 200 a 250 W que quedan son suficientes para hacer funcionar los instrumentos científicos y para enviar los datos a la Tierra mediante su antena de alta ganancia.


La sonda Juno atravesó pruebas acústicas en las instalaciones de Lockheed Martin en Denver. Los grandes paneles solares aparecen plegados contra el cuerpo de la sonda.

"La mitad de la energía, irá a los subsistemas térmicos, y el resto irá a todo lo demás" afirma Gasparrini. "Ciertamente no tendremos tanta potencia disponible como en misiones anteriores".

Los paneles solares de Juno pesan menos que los RTGs, pero en realidad el asunto clave era que no había posibilidades de usar RTGs. El próximo de estos dispositivos se usará en la misión Mars Science Laboratory a Marte, que será lanzado en noviembre próximo. Realmente desarrollar RTGs para Juno habría absorbido todos los fondos disponibles para la misión, afirma Gasparrini.

Como en todas las sondas espaciales la masa es un valor crítico. La masa de Juno será de 1500 kg, y con una carga de combustible de 2000 kg. Gasparrini señala que se ha podido disponer de 100 kg de combustible extra, puesto que la configuración final es menor a los 3625 kg de límite de carga del lanzador Atlas V 551.

Esta variante del cohete Atlas es la misma que lanzó la sonda New Horizons a Plutón el 19 de junio de 2006, con llegada prevista a este planeta para julio de 2015. Este lanzamiento estableció un récord para la mayor velocidad de escape de la Tierra. De hecho, New Horizons llegó a Júpiter en tan sólo 13 meses para recibir la asistencia gravitatoria que le impulsaría en su camino a Plutón. La sonda Juno es más pesada y viajará en una trayectoria más lenta hasta su inserción en órbita de Júpiter en 2016.

La ventana de lanzamiento hacia Júpiter se abrirá el 11 de agosto y se cerrará el 31 de agosto próximo, afirma Gasparrini. El cohete Atlas V propulsará a la sonda hacia Júpiter y la etapa superior del cohete la situará en la trayectoria precisa hacia el planeta gigante. Después la sonda navegará en una trayectoria bastante directa con sólo una asistencia gravitacional con la Tierra prevista para septiembre de 2013. Posteriormente la sonda viajará a través del Cinturón de asteroides hasta finalmente entrar en órbita de Júpiter en julio de 2016 aproximadamente.

Fotografías tomadas por nave rusa Elektro-L superarían a las de Nasa


Las recientes fotografías de la Tierra y del espacio sideral hechas por el satélite ruso Elektro-L superan en calidad y veracidad a las imágenes presentadas por la Nasa, señala el sitio web Gizmodo.

El satélite Elektro-L, elaborado y construido en la productora rusa de ingenios espaciales, Sociedad de Investigación y Producción Lávochkin, para la Agencia Federal Espacial Rusa, Roscosmos, fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, el 20 de febrero de 2011 y actualmente gira alrededor de la Tierra en una órbita geoestacionaria.

Electro-L está elaborado para recolectar datos que permitirían realizar el análisis y el pronóstico de las condiciones meteorológicas a escala regional y global, del estado de los océanos y mares, de las condiciones para los vuelos aéreos, así como de la situación geofísica en el espacio cercano a la Tierra.

Los resultados del funcionamiento del satélite asimismo contribuirán en el estudio del clima y en los cambios globales del mismo, así como en el control de las situaciones de emergencia.

El ingenio ruso, que se abastece de energía a través de paneles solares, tiene una cámara con una resolución de 1 km por píxel para el espectro visible y de 4 km por píxel para el infrarrojo. El aparato transmite las imágenes a la Tierra cada 30 minutos, pero en caso de emergencia la frecuencia de la transmisión puede ser cambiada por una orden del punto de control terrestre a una imagen a cada 10 minutos.

Las fotos de Electro L, recibidas desde la órbita, se destacan no solamente por lo bello que son, sino también por su calidad y precisión, y realmente se diferencian de las imágenes de la Tierra, realizadas por los aparatos estadounidenses. Los especialistas de este país se preguntaron que si realmente son más fieles.

Según explicó a Gizmodo, Robert Simmon, científico del Observatorio Terrestre de la Nasa (Nasa Earth Observatory) en el Centro de vuelo espacial Goddard (CVEG), las imágenes tomadas por el satélite ruso no son mejores o peores que aquellas suministradas por la Nasa, sino son diferentes, porque ofrecen una visualización diferente de la misma realidad.

El experto sostiene que estas imágenes tan espectaculares representan una combinación de las ondas visibles y aquellas que pertenecen a la región espectral del infrarrojo cercano, capacidad ausente en los aparatos de la Nasa. Por ejemplo, la vegetación tiene en las imágenes el color rojo.

Así, con una percepción de las ondas infrarrojas cercanas, las fotografías rusas pueden ofrecer al espectador una visión del espacio cósmico que nunca antes había podido alcanzar el ser humano.

Fuente: actualidad.rt.com

jueves, 31 de marzo de 2011

Regreso a Júpiter

La NASA lanzará pronto una nueva sonda a Júpiter para tratar de desentrañar algunos de los misterios del planeta gigante. De nuevo una nave fabricada por el hombre se adentrará en el gélido y radioactivo entorno de este planeta.

La sonda que lleva por nombre Juno, la esposa del dios romano Júpiter, obtendrá un récord de distancia al Sol para una nave alimentada por energía solar. Una de las señas características de Juno serán sus grandes paneles solares, que se utilizarán en lugar de los tradicionales RTGs o generadores termoeléctricos de radioisótopos. La última sonda a Júpiter, Galileo, utilizó esta última tecnología hasta su impacto final en las nubes del planeta.

Trayectoria de vuelo de la sonda Juno

Juno es básicamente un molino solar volador que rota en torno a una caja de titanio. La mayor parte de los 20 metros de envergadura de la sonda, son paneles solares fotovoltaicos diseñados para captar la máxima cantidad de energía en órbita de Júpiter. Los paneles además servirán de escudo para proteger la delicada electrónica contra la severa radiación de alta energía que existe en torno al planeta. La mayor parte de los instrumentos científicos se concentran en una caja blindada con paredes de titanio de unos 12 mm de espesor que servirá de protección contra los cinturones de radiación de Júpiter.

En su órbita en torno a Júpiter, Juno girará a 2 revoluciones por minuto, mientras sus instrumentos recogen datos sobre la estructura y composición del planeta gigante. A diferencia de la sonda Galileo, que se mantuvo en órbita ecuatorial para visitar sus lunas principales, Juno se situará en órbita polar, lo que le ayudará a evitar los peores efectos de los cinturones de radiación. Jan Chodas, director del proyecto en el JetPropulsion Laboratory lo explica así: "mantendremos esta órbita elíptica que cruza el cinturón interior y que sobrevuela las nubes del planeta a tan sólo 4000 km". Chodas añade: "Nuestro sobrevuelo principal para tomar datos tiene lugar a unas 6 horas del perijovio (mínima distancia a Júpiter), después la sonda se aleja en su órbita de 11 días y radia los datos a la Tierra, y de nuevo se prepara para otro acercamiento. Por lo tanto, lo que hace posible esta misión es un conocimiento de donde se sitúan los cinturones de radiación, así como una navegación precisa para colocar a la nave en esa trayectoria."

El espacio que rodea a Júpiter es tan hostil que los diseñadores de la misión esperan que Juno sobreviva sólo unas 30 órbitas (menos de un año).

Aparte de los grandes paneles solares, la sonda es bastante compacta, afirma el director del programa Juno en Lockheed Martin en DenverTim Gasparrini. El cuerpo de la sonda mide 3,5 metros de alto y 3,5 metros de diámetro. En el centro está ubicada la caja protección de titanio, que mide 80 X 80 X 60 cm y pesa 150 kgGasparrini destaca que el diseño de esta caja es bastante diferente a las estructuras típicas construidas en sondas anteriores.

La masa de las paredes de titanio proporcionan un refugio antiradiación donde se sitúan los sistemas de aviónica de la nave. "Todos los sensores están fuera", afirma Gasparrini. "Pero mientras ha sido posible, los sistemas críticos de aviónica se han ubicado en el interior de la caja. Los equipos que se hallan en el exterior poseen una gran resistencia a la radiación. Se espera que después de 30 órbitas habrán soportado una gran dosis de radiación y no se espera que duren mucho más."

El enfoque de usar energía solar fue elegido para reducir costes en la misión, situada en el programa "New Frontiers(misiones de tipo medio). Uno de los mayores desafíos de la construcción fue integrar todos los componentes dentro de la caja protectora.

Sonda Juno en las proximidades de Júpiter. Uno de las tres alas de células solares tiene una forma distinta porque soporta el magnetómetro

"Fue un auténtico rompecabezas", señala Chodas. "Tenemos un cubo y cosas montadas en un panel central y a su vez todos los paneles se pliegan para formar un cubo. Esta configuración es sencilla, pero el intrincado cableado que va de una parte de la caja a la otra, así como hacia dentro y afuera de la caja es toda una obra de arte."

Cuando Juno alcance Júpiter en julio de 2016 y comience a tomar datos científicos, la sonda habrá establecido un nuevo récord de distancia para una sonda espacial operando con energía solar. La misión de retorno de muestras Stardust utilizó energía solar a 2 UA (2 veces la distancia del Sol a la Tierra), la sonda europea Rosetta irá aún más lejos. Para obtener la energía que Juno necesita a semejante distancia, los paneles de la sonda son muy grandes, con dos "alas" con cuatro paneles y otra con tres sosteniendo el magnetómetro.

Las células solares de alta eficiencia son de arseniuro de galio y fueron construidas por Boeing Spectrolab Inc. Las células foto voltaicas de Juno convierten en electricidad un 28% de la energía solar incidente al comienzo de la misión. Las células están blindadas por un vidrio extragrueso, que le confiere una mayor protección contra la radiación. A pesar de todo, se oscurecerán progresivamente por los efectos de la radioactividad en las inmediaciones de Júpiter reduciendo su eficiencia. Incluso en esas condiciones, le proporcionarán energía de sobra para funcionar.

"En las proximidades de la Tierra los paneles producirán 18.000 vatios", afirma Gasparrini. "Al llegar a Júpiter generarán apenas 400 vatios."

Continuará

Primer plano de Mercurio

Una sonda de la NASA obtiene la primera imagen del planeta desde su propia órbita.

Tras un arriesgado viaje de 8.000 millones de kilómetros por el espacio, una sonda de la NASA con el peso de un toro de lidia ha logrado colarse en la órbita de Mercurio y obtener el primer primerísimo plano del planeta más caliente, denso e inexplorado del Sistema Solar, nuestro pequeño barrio en el inmenso universo. El retrato, realizado a las 11.20 del 29 de marzo y desvelado ayer, muestra un rostro antediluviano, ametrallado por meteoritos y con el cráter Debussy de protagonista, extendiéndose por el planeta como una pedrada en un cristal. Una pedrada de 85 kilómetros de diámetro.


La parte inferior de la fotografía muestra una región cercana al polo sur jamás observada por una aeronave. En las seis horas siguientes al primer clic, la sonda Messenger tomó otras 363 imágenes más, las primeras realizadas con un aparato en la órbita del planeta, a tan sólo unos 200 kilómetros de su superficie.

Es la primera vez que el ser humano mete su hocico tecnológico en la órbita de Mercurio, pero no la primera vez que se acerca al planeta más extremo de nuestro vecindario. Entre 1974 y 1975, la sonda Mariner 10 sobrevoló tres veces Mercurio, pero siempre la misma cara. Más de la mitad de la superficie del planeta escapó al ojo humano.

Los científicos buscan hielo en las profundidades de los cráteres

Los científicos esperan ahora que el álbum de fotos que ha comenzado a enviar la Messenger sirva para resolver algunas preguntas. "Ahora vemos Mercurio con otros ojos", anunció ayer en rueda de prensa Sean Solomon, físico de la Institución Carnegie de Washington y jefe científico de la misión. En su opinión, estas primeras imágenes "son sólo el primer hilillo de agua del torrente de nueva información que esperamos durante el próximo año", ha explicado.

Las instantáneas, unidas a los datos enviados por otros instrumentos científicos a bordo de la Messenger, deberían ayudar a explicar el extraño deambular de Mercurio por el Sistema Solar. El planeta tarda 88 días terrestres en dar una vuelta al Sol, frente a los 365 días que emplea la Tierra. Sin embargo, un día en Mercurio, el tiempo que tarda en dar una vuelta sobre sí mismo, dura seis meses terrestres. En Mercurio, el día dura el doble que el año.

Contra la gravedad

La sonda de la NASA entró en la órbita del planeta el pasado 17 de marzo, en una maniobra complejísima que logró vencer la enorme gravedad que impulsaba a la sonda hacia el Sol como la Tierra atrajo a la manzana de Newton. Durante los primeros días, la misión está volcada en comprobar que todos los instrumentos funcionan a la perfección en aquel ambiente extremadamente hostil, con temperaturas de hasta 450 grados y con el Sol brillando unas 11 veces más que en la Tierra. La luz, precisamente, impide estudiar con minuciosidad la superficie del planeta mediante telescopios. La primera fase científica de la misión arrancará el 4 de abril, con el objetivo de obtener más de 75.000 imágenes, además de cumplir otras metas, como la elaboración de su historial geológico, según calcula la NASA.

La misión tomará más de 75.000 fotografías en el próximo año

La sonda va protegida con una armadura de cerámica para no achicharrarse con los fogonazos del Sol. Sin embargo, 200 kilómetros más abajo, los responsables de la misión sueñan con encontrar hielo. La presencia de agua abriría la puerta a una posible existencia de vida tal y como la conocemos, que podría buscarse a partir de 2020, cuando llegue al planeta la misión BepiColombo de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Mercurio, el planeta más próximo al Sol, parece el lugar más absurdo para buscar hielo. Sin embargo, los científicos creen que puede haberlo. La información de radar obtenida desde la Tierra mostró por primera vez evidencias de hielo en 1992, según se publicó entonces en la revista Science. El agua congelada estaría a salvo de las altas temperaturas refugiada en el fondo de los cráteres más profundos de los polos de Mercurio, en los que no entraría nunca la luz del Sol.

Eric Finnegan, ingeniero jefe de la misión, aplaudió ayer "el trabajo de cientos de técnicos" durante más de dos décadas para lograr el primer plano de Mercurio. Para Finnegan, que no ahorró solemnidad, la humanidad ha entrado "en una nueva era de la exploración espacial". La NASA ya ha enviado sondas a Saturno, Júpiter, Marte, Venus y el propio Mercurio. Las próximas fronteras para las agencias espaciales, todavía no contempladas, se encontrarían en Neptuno y Urano, en los confines del Sistema Solar.