Imagen cedida este 2 de enero en donde se aprecia una ilustración del planeta GJ …
Washington, 2 feb (EFE).- Un equipo internacional de científicos ha descubierto una súper-Tierra que orbita en la zona habitable de suestrella, a unos 22 años luz de nuestro planeta, con más posibilidades de tener agua y vida que cualquier exoplaneta, según anunciaron hoy en la publicación "Astrophysical Journal Letters".
"Este planeta es el mejor candidato nuevo para contener agua líquida y, quizás, la vida tal como la conocemos", asegura el español Guillem Anglada-Escudé, director de la investigación junto con Paul Butler, de la Institución Carnegie para la Ciencia.
Con un período orbital de unos 28 días, el planeta GJ 667Cc, que calculan que tiene 4,5 veces la masa de la Tierra, gira alrededor de su sol en la zona donde la temperatura no es ni demasiado caliente ni demasiado fría para que exista agua líquida en su superficie.
"Esto se tiene que entender en un sentido relativo, pero comparado con los que ya se han descubierto éste es ahora mismo el mejor ajuste a lo que podríamos esperar", ha dicho en declaraciones a Efe Anglada-Escudé.
En la órbita en la que está el planeta satisface las condiciones en las que podría existir agua, sin necesidad de cumplir otros requisitos como sucede con algunos planetas descubiertos que, por ejemplo, necesitarían una atmósfera con muchos gases invernadero.
El nuevo planeta recibe el 90 por ciento de la luz que recibe la Tierra. Sin embargo, debido a que la mayor parte de su luz entrante está en la banda del infrarrojo, el planeta absorbe un mayor porcentaje de esta energía, que calculan puede ser la misma que la la Tierra absorbe del Sol, apuntan.
"Es el mejor candidato a tener agua líquida, cumple las condiciones más adecuada, si hubiera un marcador de cero a cien, éste estaría en el ochenta, mientras que los otros estarían en el sesenta o cincuenta", aseguró el científico.
Los investigadores encontraron evidencia de al menos uno y posiblemente otro u otros dos planetas orbitando la estrella GJ 667C, que se encuentra a unos 22 años luz de la Tierra.
El estudio indica que la estrella pertenece a un sistema triple y tiene una composición diferente al Sol, con concentración muy inferior de elementos más pesados que el helio como el hierro, el carbono y el silicio.
Estos elementos son los componentes básicos de los sistemas terrestres planetas, por eso "es significativo, porque indica que el mecanismo por el que se forman los planetas sigue funcionando aunque esas estrellas sean pobres en metales".
Según los investigadores, esto indica que la existencia de planetas habitables puede darse en una mayor variedad de ambientes de lo que se creía anteriormente.
El equipo encontró además que el sistema también podría contener un planeta gigante de gas y otra súper-Tierra con un periodo orbital de 75 días.
Sin embargo, son necesarias nuevas observaciones para confirmarlo.
Anglada-Escudé, actualmente vinculado a la Universidad de Gotinga (Alemania), señaló que con la nueva generación de instrumentos científicos los investigadores serán capaces de examinar muchas estrellas con estas características y "finalmente buscar huellas espectroscópicas de vida en estos mundos".
Los investigadores utilizaron datos públicos del Observatorio Europeo del Sur (ESO) y un nuevo método de análisis de datos al que incorporaron las mediciones del espectrógrafo del observatorio de alta resolución Echelle y el especteógrafo del buscador de plantas del Carnegie a bordo del Telescopio Magallanes II.
En su búsqueda planetaria, los expertos midieron las pequeñas oscilaciones que se producen en una estrella causadas por el "tirón" gravitatorio que provoca un planeta al acercarse, con la herramienta de software JARPS-TERRA.
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