El transbordador Atlantis ya está en casa. Y con él, cae el telón para tres décadas de vuelos espaciales de la lanzadera Space Shuttle. El último vuelo de este vehículo es pues también el final de toda una era de exploración y trabajo en el espacio, que ha permitido, entre otras gestas, construir la gigantesca estación espacial internacional.
Los cuatro astronautas de la misión se despertaron para su último día en órbita con la canción “God Bless America” de Irving Berlin, y cantada por Kate Smith. A diferencia de otras canciones dedicadas a miembros individuales de cada tripulación, en esta ocasión el tema estuvo dirigido a todos los astronautas en su conjunto, y también a todo el personal que ha trabajado en el programa durante todo este tiempo.
La NASA dio luz verde al aterrizaje del Atlantis, que se haría de noche, tras revisar que todos los sistemas estaban a punto, tanto en la nave como en tierra. La meteorología también contribuiría con un cielo completamente despejado y sin viento.
Los astronautas, con la antena de comunicaciones ya guardada, cerraron las compuertas de la bodega y se ataron a sus asientos, listos para la reentrada. Después, el vehículo se orientó correctamente y encendía su sistema de propulsión a las 07:49 UTC del 21 de julio, frenando ligeramente su marcha para propiciar el descenso.
Con las unidades de energía hidráulica activadas, el vehículo empezó a utilizar sus superficies aerodinámicas para maniobrar en la creciente densidad de la atmósfera, y seguir frenando, protegido por su escudo térmico.
Los cuatro astronautas de la misión se despertaron para su último día en órbita con la canción “God Bless America” de Irving Berlin, y cantada por Kate Smith. A diferencia de otras canciones dedicadas a miembros individuales de cada tripulación, en esta ocasión el tema estuvo dirigido a todos los astronautas en su conjunto, y también a todo el personal que ha trabajado en el programa durante todo este tiempo.
La NASA dio luz verde al aterrizaje del Atlantis, que se haría de noche, tras revisar que todos los sistemas estaban a punto, tanto en la nave como en tierra. La meteorología también contribuiría con un cielo completamente despejado y sin viento.
Los astronautas, con la antena de comunicaciones ya guardada, cerraron las compuertas de la bodega y se ataron a sus asientos, listos para la reentrada. Después, el vehículo se orientó correctamente y encendía su sistema de propulsión a las 07:49 UTC del 21 de julio, frenando ligeramente su marcha para propiciar el descenso.
Con las unidades de energía hidráulica activadas, el vehículo empezó a utilizar sus superficies aerodinámicas para maniobrar en la creciente densidad de la atmósfera, y seguir frenando, protegido por su escudo térmico.
Los comentaristas de la NASA dedicaron emotivas palabras a la misión y al programa, lo mismo que el comandante del Atlantis y la dirección del vuelo. Muy poco después, entraron en la pista las fuerzas de asistencia, que asegurarían el vehículo y ayudarían a los astronautas a salir de él.
Para el último transbordador, resta aún un corto camino. Será despojado de cualquier material peligroso, y preparado para ser expuesto en el centro de visitantes del centro espacial Kennedy.
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