Esta foto tomada en Alderney, una de las islas del Canal de la Mancha, en junio del 2012 y dada a conocer el viernes 8 de marzo del 2013 por el científico Guy Ropars muestra el Cristal de Alderney, un pedazo de calcita. Científicos dicen que el pedazo de calcita recuperado de los restos de un buque de guerra inglés del siglo XVI pudiera ser una piedra solar, una especie de mineral que según la leyenda ayudó a los vikingos y otros navegantes medievales a encontrar su rutas en alta mar.
POR RAPHAEL SATTER
ASSOCIATED PRESS
LONDRES -- Un pedazo de piedra áspera y blanquecina recuperado de un naufragio de la época isabelina pudiera ser una "piedra solar", el legendario cristal que algunos dicen ayudó a los vikingos y otros marinos medievales a navegar en alta mar, dijeron científicos.
En un estudio publicado esta semana, un grupo franco-británico indicó que el Cristal de Alderney - un pedazo de calcita islandesa encontrado entre los restos de un buque militar del siglo XVI en el fondo del Canal de la Mancha - fue usado como una especie de brújula solar, permitiéndole a los marineros determinar la posición del sol incluso cuando estaba oculto por cielos nublados, niebla y debajo del horizonte.
Eso es por una propiedad conocida como birrefringencia o doble refracción, que divide la luz en una forma que puede revelar su fuente con un elevado grado de exactitud. Los vikingos casi seguramente no sabían la explicación física del fenómeno, pero eso no era un problema.
"Tú no tienes que entender cómo funciona", dijo Albert Le Floch, de la Universidad de Rennes en el occidente de Francia, al tiempo que agregó que es fácil usarlo.
Los vikingos eran expertos navegantes - se valían del sol, las estrellas, las montañas e incluso las ballenas migratorias para orientarse en el mar -, pero algunos se han maravillado ante su capacidad de recorrer grandes distancias en mar abierto entre Groenlandia, Islandia y Terranova, en el territorio actual de Canadá.
Le Floch es uno de varios expertos que han sugerido que cristales de calcita fueron utilizados como ayuda a la navegación durante los largos días de verano, en los cuales el sol pudiera estar oculto tras las nubes. Dijo que el uso de esos cristales pudiera haber persistido hasta el siglo XVI, un tiempo en que las brújulas magnéticas eran de uso generalizado pero a menudo se descomponían.
Le Floch hizo notar que una leyenda islandesa - la Saga de San Olaf - parece referirse a esos cristales cuando dice que Olaf usó una "piedra solar" para verificar la posición del sol en un día nevado.
Pero eso es todo. Pocas otras referencias medievales a piedras solares han sido halladas, y nunca se ha recuperado una piedra así de tumbas ni de barcos vikingos. Hasta que se encontró el Cristal de Alderney en el 2002, apenas había habido evidencia concreta que respaldara la teoría.
Muchos especialistas siguen mostrándose escépticos. Donna Heddle, directora del Centro de Estudios Nórdicos de la University of the Highlands, en Escocia, dijo que la hipótesis es especulativa.
"No existe evidencia sólida de que el dispositivo haya sido usado por los navegantes nórdicos", dijo el viernes. "No se ha hallado jamás uno en un barco vikingo".
Le Floch argumenta que una de las razones por las que no se han hallado esas piedras anteriormente es que la calcita se degrada fácilmente: es vulnerable al ácido, la sal y el calor.
El texto de Le Floch - escrito con Guy Ropars, Jacques Lucas y un grupo de británicos del Alderney Maritime Trust - fue publicado el miércoles en la revista Proceedings of the Royal Society A.
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