Estos «géiseres» de partículas ocupan más de la mitad del cielo y tienen un millón de veces la energía de una estrella en explosión
Descomunales chorros de partículas cargadas procedentes del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que se extienden a más de la mitad del cielo y se mueven a velocidades supersónicas, han sido detectados por el radiotelescopio Parkes. Las observaciones recientes del fenómeno, descritas en el último número de la revista Nature, han sido realizadas por un equipo de astrónomos de Australia, EE.UU., Italia y los Países Bajos.
«La cantidad de energía de estos chorros es increíble, alrededor de un millón de veces superior a la explosión de una supernova», afirma Lister Staveley-Smith, profesor de la Universidad de Western Australia y coautor del estudio.
De arriba a abajo, las salidas se extienden 50.000 años luz fuera del plano galáctico. Eso es igual a la mitad del diámetro de nuestra galaxia, que en total mide 100.000 años luz, un trillón de kilómetros. «Nuestro Sistema Solar se encuentra a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia, pero estamos perfectamente seguros porque los chorros se mueven en una dirección diferente a la nuestra», explica Staveley-Smith.
Visto desde la Tierra, pero invisible para el ojo humano, los chorros se extienden alrededor de dos terceras partes a través del cielo de horizonte a horizonte. Coinciden con regiones previamente identificadas de emisión de rayos gamma detectadas por el telescopio espacial Fermi (entonces llamadas «burbujas de Fermi») y la «nube» de emisión de microondas descubierta por la Sonda de Anisotropía de Microondas Wilkinson (WMAP) y el telescopio espacial Planck. Estas observaciones, sumadas a las del Parkes, permite a los científicos comprender cómo se alimentan estos enormes «géiseres» galácticos.
Generaciones de estrellas
Anteriormente, no estaba claro si se trataba de una actividad parecida a la de un quasar producida por el agujero negro supermasivo de nuestra galaxia o una formación estelar. Los recientes hallazgos muestran que el fenómeno ha sido impulsado por muchas generaciones de estrellas formándose y explotando en el centro de la galaxia en los últimos cien millones de años.
Otros análisis de las propiedades de polarización y los campos magnéticos de los flujos de salida también nos pueden ayudar a responder a una de las grandes preguntas de la astronomía acerca de nuestra galaxia: cómo se genera y mantiene un campo magnético. Los investigadores creen que esta radiación juega un papel importante en la generación del campo magnético global.
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