miércoles, 24 de octubre de 2012

Así se reconstruye el cuerpo de un Neandertal


Un equipo de científicos creó lo que según ellos es la primera y más precisa reconstrucción del hombre Neandertal usando un esqueleto que fue encontrado en Francia hace algo más de un siglo.
En 1909, excavaciones en La Ferrassie en el departamento de Dordoña sacaron de la tierra los restos de un grupo de Neandertales. Uno de los esqueletos en ese grupo era un adulto varón, al que se le dio el nombre La Ferrassie 1.
Estos restos le permitieron a un grupo de científicos crear una detallada reconstrucción de nuestro pariente prehistórico más cercano.
La Ferrassie 1 es uno de los descubrimientos más importantes en lo que se refiere a la investigación de los Neandertales.
Su esqueleto es el más grande y completo que se ha encontrado. El descubrimiento de los huesos de su pierna y pie les ayudó a los científicos a darse cuenta de que los Neandertales caminaban con el cuerpo derecho, lo que contradice investigaciones anteriores.
Sabemos que los Neandertales eran fornidos con fuertes brazos y manos, y que tenían grande esqueletos -más largos y bajos que los nuestros- con empinadas frentes y una pequeña quijada.
Lo que no se sabía es que los huesos nos permiten saber las prácticas y el estilo de vida de los Neandertales. Y eso fue lo que hicieron con La Ferrassie 1.
¿Cómo se reconstruye un cuerpo completo en tamaño real con una colección de huesos de más de 70 mil años?
Siguiendo las pistas
Gran parte de la estructura de La Ferrassie 1 estaba intacta, pero faltaban la garganta, las costillas, la pelvis y unos pedazos de la espina dorsal.
El paleoartista estadounidense Viktor Deak, especializado en reconstrucción e imágenes de seres prehistóricos, llenó los huecos con copias de los huesos de Neandertal encontrados en la cueva de Kebara en Israel en 1982. Esa excavación descubrió un esqueleto Neandertal casi completo, salvo por el cráneo, la pierna derecha y un área de la izquierda.
Un copia del nuevo y casi completo La Ferrassie 1 fue enviada a un grupo de reconstructores de modelos en Buckingham, Reino Unido, que juntó las partes y armó el esqueleto en la posición correcta.
La siguiente etapa fue ponerle músculos al Neandertal. El esqueleto de La Ferrassie 1 les ayudó a los científicos, liderados por Jez Gibson-Harris, con pistas para reconstruir el modelo. El tamaño y la textura de los huesos les dio una indicación del tipo de músculos que el homínido pudo tener.
"Puedes ver en qué lugar estuvieron amarrados los tendones. Había puntos de amarre bastante grandes. Puedes ver que ahí había músculos grandes", dijo Gibson-Harris a la BBC.
"La Ferrassie 1 se ve fuerte, gordo y bien formado. Pero realmente muy bajo de estatura".
Actividades extenuantes
Los huesos también ofrecieron pistas del estilo de vida de los Neandertales, que era hostil y presto para las lesiones.
Los brazos de la La Ferrassie 1 son asimétricos: el derecho es más grande que el izquierdo. Los huesos cambian de forma a través de la vida, así que esto le dio a los científicos una pista sobre el tipo de actividades que practicaban.
Colin Shaw, de la Universidad de Cambridge, estudió el húmero de La Ferrassie 1.
"Lo que le haces a un hueso a través de tu vida genera una adaptación, sobre todo si es lo suficiente repetitiva y agotadora", dice Shaw.
El equipo estudió la manera como los Neandertales cazaban sus presas y llevaban a cabo su prácticas domésticas, dándose cuenta del impacto que éstas tenían sobre su cuerpo.
Concluyeron que ellos apuñalaban repetidamente a su presa -el mamut lanudo- con lanzas, pero que el trabajo más intenso habría sido la confección de prendas para sobrevivir el clima frío.
Un Neandertal necesitaba una prenda nueva al año, que, para poderse confeccionar, necesitaba de al menos seis cueros. Y habrían tenido que raspar cada piel durante ocho horas para que fuera usable.
Revelación de secretos
Dentro de aparición de La Ferrassie 1 había otras pistas más obvias. Muchos de los dientes aún estaban unidos y esto le ayudó a Viktor Deak a determinar la forma de la cara.
El estudio de los dientes con la más avanzada tecnología está ayudando a descubrir los secretos anteriormente ocultos sobre el estilo de vida de los Neandertales. Potentes rayos X mil millones de veces más fuertes que los de una máquina de un hospital pueden revelar la tasa de crecimiento diario de los dientes.
Los estudios que comparan la edad de los dientes con la edad mostrada por el resto del esqueleto sugieren que los niños Neandertales crecieron más rápido que los humanos modernos, lo que puede sugerir la razón por la cual nuestra especie sobrevivió y la de ellos no.
La etapa final de la creación de la réplica fue añadir la cabeza y el vello corporal. Aquí, el equipo estudió una investigación anterior que revelaba que muchos neandertales eran pelirrojos. La Ferrassie 1 fue entonces reconstuida con pelo rojo y un tono de piel pálido, típico de la vida en el norte.
Después de dos meses y medio de trabajo meticuloso, La Ferrassie estaba completo.
"Ponerlo en carne tiene un efecto humanizador", dice John Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin, que está impresionado por el resultado. "Centrarse en el hueso no nos da el panorama completo".

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