La basura espacial, que «fue detectada muy tarde», pasó a unos 250 metros de la plataforma
Los seis tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS), tres rusos, dos americanos y un japonés, vivieron hoy momentos de suspense y tensión. Una auténtica nube de fragmentos de basura espacial de considerable tamaño pasó a tan solo 250 metros de la plataforma a una velocidad superior a los 5 kilómetros por segundo. “A esa velocidad la ISS hubiera sido atravesada como si fuera mantequilla y hubiese quedado como un colador”, reconocía un especialista de Roskosmos, la agencia espacial rusa.
El incidente se produjo a las 16,00 horas de Moscú, dos menos en España, y forzó a los cosmonautas a refugiarse en las naves de transporte Soyuz, con las que hubiesen tenido que volver a la Tierra si la ISS hubiera sufrido daños irreparables.
El ruso Serguéi Vólkov, el estadounidense Michael Fossum y el japonés Satosi Furukawa ocuparon sus puestos en la Soyuz TMA-02M mientras que Andréi Borisenko, Alexánder Samokutiáyev y el norteamericano Ronald Garan lo hicieron en la Soyuz TMA-21. Una vez que pasó el peligro, todos ellos regresaron al interior de la Estación Espacial.
Sin tiempo para reaccionar
La fuente de Roskosmos aseguró que la basura espacial apareció de repente, por lo que no dio tiempo a modificar la posición de la plataforma como se ha hecho en otras ocasiones. La presencia de restos de secciones de cohetes y de viejos satélites que perdieron su órbita obliga a la ISS a modificar a menudo sus coordenadas. También como consecuencia del peligro de colisión con meteoritos.
Sin embargo, no es tan frecuente que los astronautas tengan que protegerse dentro de las Soyuz, que al ser mucho más pequeñas que la estación ofrecen una superficie de impacto menor. La última vez sucedió en marzo de 2009. Michael Fincke, Sandra Magnus y Yuri Lonchakov tuvieron que ponerse a salvo dentro de una nave rusa.
Según un mapa de la basura espacial que rodea nuestro planeta, elaborado por la NASA en 2009, se calcula que en las órbitas cercanas a la Tierra, las situadas entre los 300 y los 800 kilómetros, hay 18.000 objetos potencialmente peligrosos para la Estación Espacial y para los cinco mil satélites que funcionan actualmente.
El fuselaje de la ISS está diseñado para soportar el choque de partículas de no más de un centímetro. Estos trozos de metal más pequeños se calcula que pueden superar la cifra de 600.000. Cualquier previsión de objeto volante a una distancia de la estación orbital por debajo de un kilómetro activa de inmediato la alarma roja y exige a los tripulantes la evacuación inmediata, como sucedió hoy.
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