Una de las imágenes que logró sobrecogerme en la realidad, a pesar de haberla visto miles de veces, en todos los formatos gráficos posibles fue la Esfinge.
El conjunto de la meseta de Giza con la Esfinge en primer plano, es una construcción de otro mundo, de otro tiempo, de otros seres.
Sin embargo hoy no voy a hablar de ella sino de los templos que se encuentran frente a ella. La mayoría de los turistas, pasan por El templo del Valle, con prisa para llegar hasta la Esfinge.
Yo me paré en seco nada más entrar. El templo estaba construido con bloques de unas doscientas toneladas de peso cada uno, elevados con métodos que se nos escapan hasta una altura de 12 metros.
Pero lo que más me impresionó, fue el parecido en la forma de ensamblar los bloques de piedra, con otro lugar muy lejano de allí. Las paredes parecían como un puzle y los encajes eran perfectos, me recordaron las piedras de Cuzco en Perú.
Fue el geólogo Robert Schoch el que se fijó en la erosión que presentaban estos bloques y que sólo podría ser causa de fuertes lluvias continuadas.
Pero estas condiciones climáticas se produjeron en aquella zona hace 7.000 años.
Estas investigaciones se llevaron a cabo entre 1990 a 1991. A nivel personal, me parecía increíble, con todos los respetos, que nadie pudiera decir que aquel recinto era un templo egipcio. Después de haber visto auténticos templos egipcios llenos de inscripciones y alusiones a la vida de los faraones, aquí, las paredes estaban vacías con una arquitectura totalmente diferente.
Lo único que sirvió para datar y adjudicar dueño a este templo, fue una imagen de diorita de Kefren!!!.
Esto es como si en un futuro, desenterraran el puerto de Barcelona y dijeran que era de la época de Colón por la estatua que preside el puerto. ¿Es esto historia oficial, científica y ortodoxa? Pues sí, ustedes mismos.
Este templo fue construido en dos periodos, en el primero se levantaron los bloques descritos, en el segundo un faraón realizó una rehabilitación del templo con bloques de granito.
Para John Anthony West o Graham Hamcok estos templos fueron construidos por una supercivilización predinástica, que los faraones no pudieron imitar.
Creo que al igual que yo, cualquier persona que visite esta zona, y permita que sus sentimientos y percepciones propias exterioricen y se expresen, no necesitará de nadie que le diga lo que realmente significa y que es lo que allí hay realmente allí.
El otro templo fuera de lugar, es el llamado templo de la Esfinge, tiene un suelo de alabastro y bloques de granito enterrados a una profundidad de 16 metros, traídos directamente desde Asuán, a 1.000 Km al sur de Giza. Este templo presenta un grado de deterioro mucho mayor que el del valle, al no contar con el revestimiento de granito.
Se puede apreciar la misma erosión que en el templo del valle, una erosión que se aprecia también en el templo mortuorio de Kefrén, hoy en día casi destruido.
La misma técnica constructiva de estos templos puede contemplarse en el Oseirión otro templo reformado y datado por una pequeña inscripción de un faraón.
Pero la vista no engaña. Este tipo de arquitectura es claramente diferente, anterior, a las propias pirámides, restos de una cultura muy superior a los constructores de la pirámides.
Según la piedra esmeralda Hermes, fue el constructor de la gran pirámide. Hermes dejó un legado y un conocimiento que tomo Carlo Magno cuando descubrió su tumba, y se transmitió por las sectas hasta nuestros días. Hermes era claramente un habitante extraterrestre, que llegó de las estrellas, Hermes era Annunaki,
Los que construyeron esos templos eran atlantes.
Pero esto forma parte de la misma historia.
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