Desde que el Dr. Morris Charles (Geólogo), el 20 de abril de 2009, revelara el descubrimiento de una estatuilla de 20 centímetros encastrada dentro de una de las muestras que los tripulantes de la misión Apolo 11 trajeran a la tierra, el hallazgo, apenas ha tenido difusión en los medios de comunicación, tal y como explica el Dr. Morris.
Sin embargo, el Dr. Charles trabajó como científico para la NASA durante 23 años, hasta que dejó la agencia en 1987, y desde entonces ha mantenido estrecho contacto con sus colegas. El Dr. Charles afirma:
“Las implicaciones de este hallazgo, son realmente revolucionarias para la historia de la humanidad. Significa esto que una vez la luna tuvo una sofisticada civilización con un elevado sentido de la belleza y la sensibilidad.”
El angel es una figura humanoide de rasgos femeninos con apéndices alados en su espalda y cabellos largos. Lo realmente interesante es que está realizado en un mineral que únicamente puede encontrarse en la Luna.
Esta circunstancia excluye la posibilidad de que fuera llevada allí por una raza procedente de otro planeta. Su factura muestra que ha sido pulido con un brillo metálico plateado.
Basándonos en el análisis químico del metal, los geólogos estiman que la escultura tendría una antigüedad de 200.000 años, lo que implicaría que fue hecha 170.000 años antes de la existencia del homo sapiens en la Tierra.
El Dr. Morris, declara abiertamente, que este hallazgo es conocido desde hace 40 años por los responsables de la misión Apolo 11 y que ha sido mantenido en estricto secreto hasta hace apenas un año.
Actualmente, otro científico, el Dr. Miles Fredericks de la Universidad de New York, admite que esta estatuilla es una evidencia crucial para el estudio de la civilización Sumeria, ya que las coincidencias encontradas son demasiadas para atribuirlas a la mera casualidad.
Evidentemente, la NASA niega oficialmente toda vinculación con la estatua, aunque se muestra incapaz de explicar la extraña composición de la misma y tampoco acierta a determinar por qué su composición es exacta a la de las rocas encontradas en la luna.
A pesar de que tras las declaraciones realizadas por Morris, fue ridiculizado por varios medios de comunicación, un año después de sus declaraciones, señala que el objeto está siendo analizado de nuevo, y esta vez con el apoyo de sus antiguos colaboradores, ya que muchos de ellos ya no están en activo.
Morris, añade que mantiene el objeto en lugar seguro, ya que ha tenido que ver cómo formalmente han borrado sus datos de actividad profesional de las bases de datos de la Agencia, tras sus polémicas declaraciones.
Igualmente ha sido objeto de una campaña sistemática de descrédito para evitar la difusión de la noticia y hacer creer que se trataba de un fraude, pero evidentemente no lo es.
Sin embargo, asegura que conserva documentación acreditativa de sus nóminas, tarjetas de pases, autorizaciones y otra documentación que demuestra su pertenencia a la institución hasta el año 1987.
Seguidamente mostramos el vídeo del objeto.
Sin embargo, el Dr. Charles trabajó como científico para la NASA durante 23 años, hasta que dejó la agencia en 1987, y desde entonces ha mantenido estrecho contacto con sus colegas. El Dr. Charles afirma:
“Las implicaciones de este hallazgo, son realmente revolucionarias para la historia de la humanidad. Significa esto que una vez la luna tuvo una sofisticada civilización con un elevado sentido de la belleza y la sensibilidad.”
El angel es una figura humanoide de rasgos femeninos con apéndices alados en su espalda y cabellos largos. Lo realmente interesante es que está realizado en un mineral que únicamente puede encontrarse en la Luna.
Esta circunstancia excluye la posibilidad de que fuera llevada allí por una raza procedente de otro planeta. Su factura muestra que ha sido pulido con un brillo metálico plateado.
Basándonos en el análisis químico del metal, los geólogos estiman que la escultura tendría una antigüedad de 200.000 años, lo que implicaría que fue hecha 170.000 años antes de la existencia del homo sapiens en la Tierra.
El Dr. Morris, declara abiertamente, que este hallazgo es conocido desde hace 40 años por los responsables de la misión Apolo 11 y que ha sido mantenido en estricto secreto hasta hace apenas un año.
Actualmente, otro científico, el Dr. Miles Fredericks de la Universidad de New York, admite que esta estatuilla es una evidencia crucial para el estudio de la civilización Sumeria, ya que las coincidencias encontradas son demasiadas para atribuirlas a la mera casualidad.
Evidentemente, la NASA niega oficialmente toda vinculación con la estatua, aunque se muestra incapaz de explicar la extraña composición de la misma y tampoco acierta a determinar por qué su composición es exacta a la de las rocas encontradas en la luna.
A pesar de que tras las declaraciones realizadas por Morris, fue ridiculizado por varios medios de comunicación, un año después de sus declaraciones, señala que el objeto está siendo analizado de nuevo, y esta vez con el apoyo de sus antiguos colaboradores, ya que muchos de ellos ya no están en activo.
Morris, añade que mantiene el objeto en lugar seguro, ya que ha tenido que ver cómo formalmente han borrado sus datos de actividad profesional de las bases de datos de la Agencia, tras sus polémicas declaraciones.
Igualmente ha sido objeto de una campaña sistemática de descrédito para evitar la difusión de la noticia y hacer creer que se trataba de un fraude, pero evidentemente no lo es.
Sin embargo, asegura que conserva documentación acreditativa de sus nóminas, tarjetas de pases, autorizaciones y otra documentación que demuestra su pertenencia a la institución hasta el año 1987.
Seguidamente mostramos el vídeo del objeto.
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