Por Oscar Mercado
Fray Bernardino de Sahagún,
cronista de la conquista de México
considerado para muchos como el padre de la antropología moderna.
El fraile franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590), uno de los cronistas más importantes de la conquista de los aztecas, llegó a México pocos años después de la epopeya de Cortez.
Hablaba la lengua local, el náhuatl, y dedicó más de 30 años al estudio de las tradiciones de los indígenas.
Su trabajo histórico antropológico titulado "Historia General de las cosas de la Nueva España" o "Codíce Florentino" nunca fue publicado por la corona española pues esta no veía con buenos ojos las investigaciones de Sahagún sobre el mundo indígena considerado pagano para los europeos.
Algunas copias fueron preservadas en la biblioteca del Palacio Real de España y así llegaron hasta nosotros.
Algunas copias fueron preservadas en la biblioteca del Palacio Real de España y así llegaron hasta nosotros.
Ellas constituyen una fuente invalorable para acercarnos a la civilización azteca, respetando el punto de vista de los vencidos. Es decir, preservando sus mitos, creencias y costumbres, tal y como ellos las relataron entonces.
En esa época el dios principal de los aztecas era Quetzalcóatl, representado a veces como una serpiente emplumada, y a veces como un hombre barbudo y con túnica blanca.
En esa época el dios principal de los aztecas era Quetzalcóatl, representado a veces como una serpiente emplumada, y a veces como un hombre barbudo y con túnica blanca.
Era venerado como el que les enseño la escritura, la observación de los astros, y más importante aún como el que les dejó su misterioso calendario.
Para los aztecas, Quetzalcóatl realmente vivió entre ellos en un tiempo pasado. Esta tradición estaba tan enraizada en los indígenas que algunos cronistas españoles lo identificaron como el apóstol Santo Tomás.
Para los aztecas, Quetzalcóatl realmente vivió entre ellos en un tiempo pasado. Esta tradición estaba tan enraizada en los indígenas que algunos cronistas españoles lo identificaron como el apóstol Santo Tomás.
Sahagún aporta detalles interesante
sobre el legado de Quetzalcóatl.
El observó que los niños aztecas de ascendencia noble eran entregados a un escuela llamada calmecac, de la cual era patrono Quetzalcóatl.
Allí los estudiantes aprendían sobre astronomía, interpretación de los sueños y eran instruidos en como contar los días y los años. En pocas palabras, aprendían a medir el tiempo como Quetzalcóatl le había enseñado a sus ancestros.
¿Qué tan importante fue este legado y qué tiene que ver con los Anunnaki?
El calendario Azteca, que no es simplemente un instrumento de medición del tiempo, divide la historia de la humanidad en 5 eras. El fin de la primera era es provocado por un diluvio, las siguientes tres eras terminan a causa de una catástrofe y en la quinta aparecen los aztecas.
Según la cronología del calendario azteca, el diluvio universal sucedió alrededor del año 11,000 a.C. Sorprendentemente, esta es la misma fecha que los estudios científicos han determinado para el diluvio.
¿Cómo podían saber los aztecas en ese entonces, hace más de 3,000 años, la fecha del diluvio universal?
Si el calendario realmente marca con precisión la época en la que sucedió el diluvio porque no creerle en sus demás afirmaciones.
¿Qué tan importante fue este legado y qué tiene que ver con los Anunnaki?
El calendario Azteca, que no es simplemente un instrumento de medición del tiempo, divide la historia de la humanidad en 5 eras. El fin de la primera era es provocado por un diluvio, las siguientes tres eras terminan a causa de una catástrofe y en la quinta aparecen los aztecas.
Según la cronología del calendario azteca, el diluvio universal sucedió alrededor del año 11,000 a.C. Sorprendentemente, esta es la misma fecha que los estudios científicos han determinado para el diluvio.
¿Cómo podían saber los aztecas en ese entonces, hace más de 3,000 años, la fecha del diluvio universal?
Si el calendario realmente marca con precisión la época en la que sucedió el diluvio porque no creerle en sus demás afirmaciones.
El Calendario azteca no sólo es un instrumento de medición del tiempo
sino un registro de la historia de la humanidad.
(Foto por andrellv)
Sitchin nos cuenta que según este calendario, en la primera o segunda era existieron unos gigantes de pelo blanco, en la tercera era existió gente de cabello rojo y fue en la cuarta era donde apareció Quetzalcóatl vestido con una túnica blanca y con barba.
Estos son indicios de que quizás la historia de la humanidad es mucho más complicada de lo que creemos.
Al parecer Quetzalcóatl les había transmitido este conocimiento a los aztecas. Pero ¿de dónde lo podría haber obtenido?
Zecharia Sitchin tiene una respuesta convincente. Según sus interpretaciones de las tablillas sumerias Quetzalcóatl es uno de los extraterrestres Anunnaki que decidió expandirse hacia América en su afán por encontrar más oro para proteger la atmosfera del planeta Nibiru.
Su nombre es Ningishzida y su padre es Enki, a quien los sumerios inmortalizaron en sus tablillas como el dios sumerio del conocimiento. Ningishzida conocía bien la historia de la Tierra pues su raza llevaba medio millón de años visitándonos de manera continua.
Las investigaciones de Sitchin cuentan que el Anunnaki Enki era un experto en ciencia, ingeniería, arquitectura, y genética y que podría haberle transmitido todo este conocimiento a su hijo Ningishzida quien lo compartió con algunas culturas nativas del continente americano.
Las investigaciones de Sitchin cuentan que el Anunnaki Enki era un experto en ciencia, ingeniería, arquitectura, y genética y que podría haberle transmitido todo este conocimiento a su hijo Ningishzida quien lo compartió con algunas culturas nativas del continente americano.
A la izquierda una representación sumeria de Ningishzida
y a la derecha una representación azteca de Quetzalcóatl.
Las dos deidades son siempre representadas
como una serpiente o con formas de reptil.
Según Sitchin, en algún momento alrededor del 3,500 a.C. el Anunnaki Enki y su hijo Ningishzida, en su afán por encontrar más oro, llegaron al otro lado del mundo.
El hijo de Enki lideró un grupo formado por hombres africanos y hombres barbudos del medio oriente en una travesía intercontinental hasta el Golfo de México. Llegaron usando las mismas corrientes marinas que los españoles usarían años después.
La teoría de Sitchin explicaría todas las coincidencias que hemos revisado en este artículo y algunas más.
Un detalle que refuerza esta teoría es el hecho de que los olmecas, una de las culturas más antiguas de la región, tuvieron una población con rasgos netamente africanos.
Un detalle que refuerza esta teoría es el hecho de que los olmecas, una de las culturas más antiguas de la región, tuvieron una población con rasgos netamente africanos.
Las estatuas olmecas son una muestra evidente de esta conexión, y hay varios estudios que corroboran la presencia africana en América mucho tiempo antes de la llegada de los españoles como el del historiador mexicano Vicente Riva Palacio, quien escribió en 1870,
"es indiscutible que en tiempos muy antiguos la raza negra ocupó nuestro territorio".
Estos olmecas con distintivos rasgos africanos serían aquellos que vinieron con el Anunnaki Ningishzida desde el Medio Oriente y África, o en todo caso, sus descendientes.
Zecharia Stichin
posando al lado de unas cabezas olmeca.
La similitud entre las pirámides aztecas, las pirámides egipcias y los mucho más antiguos zigurats sumerios es tan evidente que no es necesario realizar un análisis en detalle.
¿Cómo explicar todo lo antes visto sin un contacto previo entre la civilización sumeria y la azteca cientos de años antes de la llegada de los españoles?
Podemos dudar de las explicaciones que nos da Sitchin, podemos discrepar con él, pero no podemos negar que hay suficiente evidencia para sustentar su hipótesis, o para al menos considerar que la historia que conocemos no es la única.
Fuentes
Bernardino de Sahagun (1892). Historia General de las cosas de la Nueva España Zecharia Sitchin. (2007). Crónicas de la Tierra 4 - Los Reinos Perdidos Samuel Noah Kramer. (1968). The Babel of Tongues, a sumerian version - Journal of The American Oriental Society.
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