El especialista Michael J. Gelb acepta que los genes definen cierta parte de la inteligencia, pero también piensa que es posible cultivarla (Getty Images).
(QUO) — ¿Una mente brillante nace o se hace? Para encontrar la respuesta hay quienes han utilizado genes de premios Nobel o métodos educativos poco convencionales.
Son muchos los intentos por comprender el secreto de la genialidad, y entre ellos destaca el del psicólogo Howard Gardner, quien señala que cada persona posee al menos siete inteligencias, así como 25 subinteligencias diferentes.
Michael J. Gelb, conferencista, experto en creatividad y autor de libros como Descubre tu genio, utiliza las siete inteligencias propuestas por Gardner para describir a genios de la humanidad.
Por ejemplo, a Stephen Hawking, Marie Curie e Isaac Newton los ubica en la inteligencia lógica-matemática; a William Shakespeare y Jorge Luis Borges los coloca como genios en la inteligencia lingüístico-verbal; a Miguel Ángel en la inteligencia mecánico-espacial; a Mozart y Ella Fitzgerald, como destacados en la inteligencia musical; a Muhammad Ali, genio de la inteligencia quinestésica-corporal; a Nelson Mandela y a Mahatma Gandhi los menciona como sobresalientes en la inteligencia-interpersonal, y a Teresa de Calcuta, como genio de la inteligencia intrapersonal.
Pero, ¿qué parte se debe a los genes y cuánto a su método de aprendizaje?
Al analizar más de 200 estudios de inteligencia, Bernard Devlin, psiquiatra de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, concluyó que los genes solo explican 48% del coeficiente intelectual de una persona; el 52% restante es resultado del cuidado prenatal, el ambiente y la educación.
Michael J. Gelb acepta la idea de que los genios en la ciencia, el arte, la filosofía y la ingeniería son algo excepcional, pero también piensa que es posible cultivar la inteligencia.
"Lo primero que tenemos que entender es que el cerebro es como el resto de los músculos: si lo sentamos todo el día en el sofá y no le ponemos retos, pierde la forma", explicó Gelb.
"Pero hay cosas muy simples que puedes aprender para mejorar tu mente cada día por el resto de tu vida", añadió.
Por su parte, el pedagogo Laszló Polgár, al analizar la biografía de las grandes mentes de la historia de la humanidad, llegó a la conclusión de que el secreto para crear un genio está en la estimulación y especialización en una materia o actividad desde edad temprana.
El especialista de origen húngaro decidió llevar sus palabras a la práctica y hacer un arriesgado experimento con su hija primogénita.
En un principio, Laszló quiso entrenarla para hacerla experta en matemáticas, pero ella desarrolló un interés por el ajedrez desde muy pequeña. Así que el pedagogo comenzó a acumular una biblioteca sobre el juego y reunió 10,000 volúmenes. La niña de nombre Zsuzsa, con cinco años, ganó todas las partidas del Campeonato de Bucarest para niñas menores de 11 años y a los 15 se convirtió en la mejor ajedrecista femenina del mundo.
Laszló continuó el proceso con sus siguientes dos hijas, quienes además de convertirse en genios del ajedrez también son políglotas.
Otros como el millonario Robert K. Graham creían que para tener un hijo genio era necesario procrear con el esperma de un premio Nobel. Bajo esta idea creó el Repository for Germinal Choice en 1980, una empresa que los medios de comunicación bautizaron con el sobrenombre de Banco de Esperma de los Premios Nobel.
El lugar cerró en 1999. Según el periodista David Plotz, quien documentó la historia en el libro The Genious Factory, hay 213 personas en el mundo nacidas con el producto del Repository for Germinal Choice. Hasta el momento no se tiene noticia de que alguna de ellas haya ganado un Premio Nobel.
Este es un fragmento de un artículo publicado en la edición de junio de 2013 de la revista Quo, que es parte de Grupo Expansión, una empresa de Time Inc. La firma edita en México 17 revistas y siete sitios de internet, entre ellos CNNMéxico.com.
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