En 2006, David Schurig y David Smith, de la U. de Duke (EE.UU.) y John Pendry, del Imperial College de Londres (Gran Bretaña), usando luz de microondas -ondas de mayor longitud que la luz visible- lograron la sensación de invisibilidad en algunos objetos.
Sin embargo, en éste y muchos otros trabajos que le siguieron en el mundo, los resultados nunca fueron perfectos: siempre un rastro de luz ponía de manifiesto la presencia del objeto invisible, “contaminando” el efecto visual.
Pero ahora, un nuevo estudio de la U. de Duke, liderado por Nathan Landy, investigador del laboratorio dirigido por David Smith, logró por primera vez que el objeto desapareciera totalmente, sin que éste presente ningún tipo de distorsión a las ondas de luz.
El proceso fue posible gracias a un nuevo tipo de metamaterial de cobre que podría revolucionar las teorías y trabajos realizados hasta ahora.
El equipo logró que un objeto cilíndrico de 1 centímetro de alto y 7,5 centímetros de ancho se vuelva invisible por completo a la luz de microondas. “Controlamos la luz que proviene de un objeto, la guiamos alrededor de otro que queríamos ocultar e hicimos que regresara al mismo trayecto original”, señaló a la BBC John Pendry, quien también trabajó en el estudio. “La explicación puede parecer simple, pero llevar esto a la realidad es algo muy complejo”, agregó.
Landy comparó el ejercicio con lo que sucede con la luz reflejada por un vidrio. El observador puede ver sin problemas a través del vidrio, pero sabe que se trata de un vidrio por la luz reflejada por la superficie.
Landy redujo ahora la reflectividad utilizando una estrategia de fabricación diferente. Creó un dispositivo usando tiras de fibra de vidrio y cobre, con los que formó un patrón de diamante, en el que el centro está vacío.
Este original diseño y el uso de estos materiales permitió que las ondas de microondas viajaran perfectamente alrededor del cilindro, generando la sensación de que el objeto pareciera ser invisible y eliminando el reflejo de estudios anteriores.
Landy explicó que el nuevo manto logró dividir la luz en dos ondas que viajan alrededor del objeto y resurgen como una única onda con pérdidas mínimas por reflectividad.
“Según nuestro conocimiento, se trata del primer manto que logra una transformación exacta para lograr invisibilidad perfecta”, informó David Smith a la BBC.
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