13 de Diciembre de 2010.
El Telescopio Espacial Fermi de rayos Gamma, de la NASA, ha descubierto una estructura, que hasta ahora resultaba indetectable, en el centro de la Vía Láctea. La magnitud del hallazgo es para la astronomía el equivalente para la geografía de descubrir un nuevo continente en la Tierra. Con una extensión de 50.000 años-luz, esta singular estructura podría ser quizá el remanente de una erupción provocada por un gigantesco agujero negro en el centro de nuestra galaxia.
La estructura consta de dos burbujas emisoras de rayos gamma que se extienden desde el centro galáctico hasta 25.000 años-luz hacia el norte y hasta otros 25.000 hacia el sur. Su naturaleza y origen son por ahora desconocidos, si bien se barajan algunas hipótesis.
La estructura consta de dos burbujas emisoras de rayos gamma que se extienden desde el centro galáctico hasta 25.000 años-luz hacia el norte y hasta otros 25.000 hacia el sur. Su naturaleza y origen son por ahora desconocidos, si bien se barajan algunas hipótesis.
La estructura, que puede tener millones de años de antigüedad, era indetectable para los astrónomos que estudian los rayos gamma debido en parte al fenómeno conocido como emisión difusa, una "niebla" de rayos gamma que está presente en todo el firmamento. Las emisiones son causadas por partículas moviéndose a casi la velocidad de la luz e interactuando con la luz y el gas interestelar en la Vía Láctea.
Las emisiones de las dos misteriosas burbujas son mucho más energéticas que la citada niebla de rayos gamma. Las burbujas también parecen tener bordes bien definidos. La forma de doble burbuja que posee la estructura, y las características de sus emisiones, sugieren que se formó como resultado de una enorme y relativamente rápida liberación de energía, cuya fuente sigue siendo un misterio.
Una posibilidad incluye un chorro de partículas disparado desde las inmediaciones del agujero negro supermasivo que existe en el centro de nuestra galaxia. En muchas otras galaxias, los astrónomos ven rápidos chorros de partículas energizados por las reacciones que experimenta la materia en su caída hacia un agujero negro central. Si bien no hay pruebas de que el agujero negro de la Vía Láctea esté impulsando actualmente chorros de tal magnitud, sí pudo hacerlo en el pasado.
Las burbujas también podrían haberse formado como resultado de corrientes de gas expulsado hacia fuera de la región central de la galaxia a consecuencia de la formación de muchas estrellas en un periodo breve de tiempo, tal vez el mismo nacimiento multitudinario que produjo muchos cúmulos de estrellas de gran masa en el centro de la Vía Láctea hace varios millones de años.
La Moraleja de este artículo: La vida se está creando permanentemente
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